"LA MARCA DEL ZORRO, LA MANCHA DE LA ZORRA"

Pocas palabras de nuestra lengua marcan tanto la diferencia según el género que se utilice. La categoría gramatical también tiene un papel muy importante en su uso e interpretación: sustantivo o adjetivo. El término en cuestión es ZORRO/ZORRA. Un zorro, normalmente, es un nombre común que se refiere a un animal con unas características especiales, entre otras, como la de saber orientarse muy bien durante la noche y poder cazar en la oscuridad. Una zorra, en cambio, en la mayoría de los casos, se engloba entre los adjetivos calificativos que determinan más sus actitudes que sus cualidades.

La literatura ha escrito papeles en los que, si va referido a un hombre, será un híbrido compuesto de lo bueno de su sustantivo ( animal inteligente e intelectual)  más las cualidades del calificativo cuyo resultado es un héroe que lucha protegiendo al débil frente al fuerte que pretende devorarlo.

La zorra, como animal y sustantivo, es poco nombrada; no hay protagonistas ni títulos como tales en los libros; en cambio, sí ostenta ese título como  adjetivo. Muchos personajes en la historia y en la literatura han sido denominados como tales con el sentido de mujer libertina en general y de otros más insultantes, en particular.

Es un tema latente y de actualidad por  la canción que nos representará en el festival de Eurovisión que,  para mi gusto, es de muy escasa calidad interpretativa y musical con claros tintes del "chunda chunda", pero que ha servido para que estalle esta polémica entre géneros que marcan sus acepciones para bien o para mal. Es curioso cómo una mala canción ha revolucionado el gallinero de aquellos que se sienten ofendidos por su título y no van algo más allá de lo que pretende su contenido que, con pobres metáforas, denuncia los ataques que recibe una mujer por ser libre y actuar como persona sin los perjuicios y prejuicios  morales que siempre la han perseguido si se salía de la línea blanca.

Hace unos días, me comentaban que el comportamiento de las adolescentes hoy en día es vergonzoso por su aspecto formal y actitudes de fondo provocadores hacia los jóvenes de su edad y la sociedad (su escasa vestimenta, botellones y orinar en las calles entre otras lindezas...); mi respuesta fue rápida: ¿Acaso no es lo mismo que ellos han hecho siempre?, no es el género el que nos debe asustar en estas actitudes de mal gusto sino la falta de educación de nuestra juventud que no sabe comportarse con el respeto que merece la sociedad que la rodea.

El zorro te marca la piel con su letra; a la zorra se le tatúa el alma para siempre. Quien se sienta provocado por una mujer, se comporta como un animal salvaje, aquel que ataca por el instinto de cazador. Distingamos los seres racionales de los que no lo son, de los que se escudan en aquello de que se me puso a tiro y..., cayó presa de mí y de los sucios adjetivos por ser una presa tan fácil... La igualdad les pertenece a ambos, la educación la necesitan ambos también.