Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como charo

"¿YA VIENEN LOS REYES MAGOS?"

Imagen
  Desde hace unos años, mi día preferido de la navidad es el 7 de enero. ¡Qué descanso!. Se acabaron las palabras gastadas de tanto usarlas año tras año; las comidas desganadas que hay que preparar y, lo peor, comerlas; intercambio de regalos comprometidos; anuncios de perfumes sin aromas y con olor a erotismo rancio; la ostentación de los vacíos. No siempre la sentí así. De pequeña, mi ilusión, por ser tan ilusa, me envolvía con la magia de mis sueños. La noche del 4 de enero, según mis cálculos inocentes y razonables, debía ser la verdadera llegada de sus majestades (si pasaba de las 12 a.m., ya era el día 5...). Era la primera en comprobar si ya habían venido y despertaba a todo el mundo (ellos preferían seguir durmiendo hasta que los despertara el fin de sus sueños). Yo era la más pequeña y mis reyes eran 3 (sin predilección por ninguno en particular, tampoco lo distinguía ni sabía quién era quién...) Con el tiempo, los 3 magos se redujeron a 2. Me costó asimilarlo. No  entendía có

"PALABRAS PARA MANUEL"

Imagen
Volví a ponerme mi pamela voladora y mis tacones imposibles con todo el amor del mundo. Iba a ser un día grande y lo fue. El fuerte viento de levante en nuestras costas nos llevó volando hacia ese lugar donde todos estaríamos contigo y con tu gran amor. Caras cubiertas por protección guardando el protocolo pandémico dificultaba, a primera vista, quién era quién; nuestras voces nos representaron a falta de nuestra imagen; éramos los de siempre a pesar del tiempo y de las muchas vidas que han pasado sobre cada uno de nosotros.  Ibas a dar el paso más importante de tu vida, no uno más, y lo harías con una gran compañera en tu camino que ahora sería el vuestro. No pude evitar, durante el acto en el que os jurasteis ir juntos hacia delante, recordar lo que eres para todos nosotros. Siempre has sido la sonrisa eterna de la familia que, junto a tu esencia bondadosa, le llevó al abuelo Gabriel a nombrarte su escudero, siempre juntos, erais uno; y, por las tardes, tres, en esos largos paseos do