"EL PAN NUESTRO DE ¿CADA DÍA?"
Escuché de pequeña, que la "renta per capita" de cada familia se medía, en plan cotilleo desde tu "armacén" abastecedor, por la cantidad de manoletes que se comprara cada día. El manolete era una pieza de pan grande, abultada en el centro y cuyas formas alargadas en sus extremos, simulaban tanto una montera como la nariz de aquel torero al que a todos se nos ha achacado su muerte en algún momento (creo que fue un toro...). Cuánto más manoletes se llevara la compradora (no utilizo el masculino como alternancia, sería chiste en aquel tiempo...) mayor la escasez de alimentos en la despensa. El pan era la base principal, su función consistía en apaciguar el hambre acompañado de algo más ligero y menos consistente. Era el comodín para entrar en la salsa y rebañar todo lo que pudiera hasta dejar el plato vacío y limpio. En las meriendas, con mantequilla o foie-gras, eran indispensables por ser muy económicos y ampliables a cuántos hubiera que llenar el estómago. También...