"UN CARNAVAL OKUPADO: LOS BOTELLONES GANAN A LAS RISAS"



Somos una ciudad en donde la alegría y las risas son nuestra bandera, vaya eso por delante; nos caracterizamos por reírnos de nuestras penas rebozadas en el arte de engañarlas y en la aceptación de que la vida sigue a pesar de todo lo que nos venga. 

Los gaditanos, y los que no lo son, esperan el mes de febrero como aguas de mayo; desean cantar y escuchar todas esas verdades del barquero contadas con el fino arte de esa gracia natural que albergan en cada copla. Es el mejor documental de lo que ha pasado y se ha  vivido desde el año anterior. Siempre se aprende con ellos porque no olvidan ni lo bueno ni lo que no lo fue; algunos se sentirán ofendidos si le destapan lo que ocultan bajo su oscura capa, pero que, sin duda, la gran mayoría los identifica con esas acertadas y bien atinadas letras.

Este es el espíritu del gaditano en su carnaval y se lo ofrecen a todos los que sienten que hay que disfrutarlo y siempre les han dado esa  bienvenida al adentrarse en la muralla gaditana que abre las puertas al Cádiz del casco antiguo  y que llamamos Cadi Cadi.

No he pisado mis calles estos días; últimamente, no es usual el hacerlo; pero desde mi balcón sí he visto pisotear la fiesta grande de mi tierra. Los gaditanos, gente de bien, generosos y acogedores de visitantes, sin preguntar ni quién ni de dónde, comparten su adoquín con el que ha llegado y lo hace de mil amores. Sin embargo, poco a poco, la okupación foránea, aquella que se escribe con k por no ser invitada y que invade con sus fiestas paralelas cambiando nuestro aroma natural por  olores insalubres que derrochan alcohol y excremento respirados y vertidos a su antojo. Destrozos de nuestro patrimonio sin dolor para ellos  que desgarran nuestra historia trimilenaria: pintadas en paredes, puertas, cristales rotos de botellas llenas de porque me da la gana; peleas, trifulcas, ambulancias y policías que no daban abasto para restablecer el origen de lo que siempre ha sido nuestro carnaval.

Cádiz es muy pequeño, un suspiro de oxígeno, de aire fresco, no permitamos que asfixien el carnaval. Las autoridades son las responsables de limitar el aforo para aquellos que no son dignos de participar en nuestra fiesta grande. Por las redes, estas últimas semanas, se han compartido carteles anunciando la venida a nuestro carnaval por 12 euros donde se incluían viaje de ida y vuelta, botellones y preservativos..., esto hay que controlarlo o se nos irá de las manos para siempre. 

A QUIÉN CORRESPONDA...

Comentarios

  1. Me parece muy fuerte. No hay derecho destrozar una diversión tan tradicional.
    Enhorabuena querida Moby.

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  2. Cádiz es muy pequeñito para tanta avalancha, sin contar ese macro botellón que es en lo que mayormente se ha convertido nuestro carnaval. Una auténtica pena!

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  3. Perfecto, a ver si "a quien corresponda" se siente aludido

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  4. La crisis de la "Urbanidad" o el triunfo de la sinrazón sobre el civismo. Todo en aras del buenismo oportunista y acomodaticio.

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  5. A todos los que viene y que no viene de buena fe, una buena multita o una tasa turística. Hay que parar ese botellón.
    ( Nicasia)

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