"MIS ROSAS, HORAS DESPUÉS..."

 

A la magia tradicional de la noche de San Juan, es de justicia sumarle su tarde. Pocas son tan necesarias de varias vidas para recordarlas por su intensidad, belleza y perfección. Así la viví, así la vivimos. 

Arropada por mi familia, amigos, conocidos e, incluso, desconocidos llenaron un espacio en el que la magia fue la absoluta protagonista. Se derrocharon besos, abrazos, mucho amor y aplausos que sonaron a gloria en sus compases que no paran de resonar en mi corazón. 

Me presenté acompañada de mis más de seis décadas ocultas y desconocidas, ahora destapadas, para que volaran al mundo de la realidad pero, sin perder un ápice de la fantasía que las protegió hasta este momento.

Lleva toda una vida conseguirlo; no es fácil. Has de vivir previamente para renacer y hacerlo sin miedos a los pasados escondidos de los que tanto aprendiste para hacer balance distinguiendo el grano de la paja sin mezclarlos.

Mis ROSAS han hecho ese trabajo por mí. Me dieron, desde el principio, el silencio necesario para encontrar dónde se guardaban esos ruidos productos de dolores pasados a los que no supe ponerles nombre hasta que llegaron ellas con sus velas encendidas iluminando esas cuevas cerradas desde mi antigüedad.

Ayer, gran parte de mis acompañantes hizo muchos kilómetros para vivirlo conmigo y a todos ellos les reenvío ese amor con el que llenaron hasta rebosar mis sueños alcanzados.

Sí, estuvo la protagonista absoluta y motor de mis esperanzas en seguir creyendo que el mañana aún es posible para todos. Daniela, Dada, mi nuevo corazón, me hizo sentir que la vida continúa, que hay mucho por lo que soñar con los ojos abiertos y, algunas veces, cerrados porque todo es necesario para enfrentarte cada día a los que nos amanece hasta llegar la medianoche. La vida sigue y, sin duda, el AMOR, también.