"¡MAMÁ, NO QUIERO SER ARTISTA!"

 


Con tu permiso, Joan Manuel: 

"Nos empeñamos en dirigir sus vidas/ sin saber el oficio y sin vocación./ Les vamos transmitiendo nuestras frustraciones/ con la leche templada/ y en cada canción".

"Esos locos bajitos" tan bien paridos por Serrat, son niños, no lo olvidemos. No tenemos derecho a manejarlos y, ni mucho menos, a manipularlos para que cumplan nuestros sueños incumplidos.


A los padres, nosotros, nos criaron con aciertos y desaciertos: como buenamente supieron o pudieron. Siempre quedan momentos en nuestros baúles sin abrir. Esas herencias son peligrosas, confundimos lo que debemos guardarnos y llevarnos  allá dónde nos lleve la vida, o al más allá, con transferir nuestra deuda a los hijos. Esas quimeras nuestras no son nuestros ADN, solo nuestros DNI (personales, intransferibles).

No somos dueños de sus vidas, de sus sueños y, mucho menos, de sus vivencias. Somos padres y madres que, voluntariamente, o no, hemos parido vidas, pero no olvidemos que son vidas prestadas, en usufructo. Hemos asumido crearlos y criarlos; los hemos traído a este mundo, preparémosle para él; no tienen obligación de completar nuestras carencias. Nos toca enseñar lecciones cuyo temario será el compendio de nuestro aprendizaje: la síntesis (= tesis+antítesis). es decir, contamos con la experiencia nacida de nuestros aciertos y nuestros errores; me parece de justicia decirles la verdad, sin mentiras, sin engaños, sin paños calientes que se helarían si descubren que los hemos cubierto de un idílico humo que les nublará en su crecimiento personal frente a la realidad de la calle.


No pretendamos que sean artistas para el mundo, que destaquen por cumplir lo que no alcanzamos. Cada persona tiene su estrella dentro. Esa es la misión de los padres, ayudarles a descubrirla. La herencia legítima que les dejaremos no precisa de notario ni de lectura cuando nos vayamos. No serán bienes tangibles, será su legado patrimonial con bienes sin males, sano, con fortalezas de corazón, lleno de humanidad con el resto de los humanos.

No los usemos como "monos de feria" luciendo sus gracias o habilidades para aumentar nuestro ego castigado sin merienda. El mundo infantil es puro, virgen. Permanezcamos cerca para ayudarle a levantarse de sus caídas. Nacen entre almohadones que debemos ir retirando conforme a su aprendizaje. Llegará el día en que el suelo sea su único resguardo, ese será el momento de echar mano a su colchón de sabiduría para amortiguarle la dureza que les espera. 



"NADA NI NADIE PUEDE IMPEDIR QUE SUFRAN,/ QUE LAS AGUJAS AVANCEN EN EL RELOJ,/ QUE DECIDAN POR ELLOS, QUE SE EQUIVOQUEN,/ QUE CREZCAN Y QUE UN DÍA,/ NOS DIGAN ADIÓS".

 Estrofa de "ESOS LOCOS BAJITOS"  J. M. SERRAT

       


Comentarios

  1. Como siempre muy acertada, Moby.
    A todos nos ha pasado en cierta manera esa herencia.
    Lo importante es :"El Aquí y Ahora"

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  2. TODOS tenemos un algo especial (Todos servimos para algo).
    Sólo hay que descubrirlo.
    (Hermana mediana).

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  3. A los hijos hay que equipoarlos desde pequeño con una serie de instrumentos como valores, principios... Pero son ellos los que tienen que aplicarlos a sus vidas.Ellos tienen sus propios sueños ,sus propios errores y sus propios aciertos.Y deben aprender de ellos no de los nuestros Lo sueños incumplidosde los padres es una carga que no les corresponde llevar a cuesta.

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    1. Ayudarlos a sacar la estrella que llevan dentro para que no se estrellen.

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  4. Completamente d acuerdo, contigo y con la letra de Serrat. Nuestros hijos merecen nuestro respeto, pero que es para nosotros educar si no enseñar lo que nos han enseñado, hacerlo como lo han hecho con nosotros, con las mismas fortunas y los mismos errores. Aunque también, con distintas circunstancias y sin querer más nada que su bien, seguimos dirigiendo sus vidas. Suerte que un día te recuerdan que ya han crecido.

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    1. Sí, nos lo recuerdan, y vemos que ha sido demasiado pronto y muy rápido!

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  5. Los niños de hoy día no son,ni por asomo,los de antaño.El por qué,no se decirlo,posiblemente sea por la mala influencia de la tele o de lo que ven en sus progenitores.No confundamos las travesuras de antes con la mala leche de hoy.

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