" RETRATOS CON ALMA DE MACHADO"
Mi infancia no son recuerdos de un patio de Sevilla ni tuve un huerto claro donde madurara un limonero; mi juventud no la pasé en tierras de Castilla; pero, sí tengo en mi historia algunos casos que recordar no quiero. Palabras, parafraseadas, estas de Machado que encierran toda una vida y "retratan" lo que eres por lo que fuiste.
Dicen que somos el resultado de lo que hemos vivido, obvio. También de lo que vivamos después de ese pasado dependerá lo que seamos.
Mis recuerdos infantiles están más cercanos a ese famoso patio familiar de continuos descensos. Allí, no se plantó ningún árbol frutal, solo crecían hierbas desde la tierra que lo plantaba y que yo pasaba horas pinchándolo con una lima en cada recuadro dibujado de rayuela. Bajo mi ventana, dando a mi calle Escuela, otra pintura resaltaba en su acera donde saltaba a "la china" con alguna piedra que me guardaba como tesoro por ser la más resbaladiza entre las losas.
Mi juventud la viví entre esa calle y otros caminos nuevos que me llevaban al instituto una vez liberada de ese colegio de monjas que nunca me gustó, y del que escapaba, si tenía ocasión, para devolverme, inmediatamente, cuando era pillada, por mis padres.
Mi bachiller laico me dio oportunidades de conocer nuevos pensamientos abiertos a la justicia que todos pedíamos a gritos después de tantos silencios. Empezábamos a abrir la boca y a dar opiniones de lo que SÍ y de lo que NO. Esto y era una revolución.
Que apareciera la filosofía, frente a los antiguos y decadentes conductores morales, despertaba muchos pensamientos prohibidos por no tener, hasta ese momento, el derecho de preguntar y estar muy lejos de sus respuestas.
El saberme libre de pensar y hablar, desde mis razones emocionadas o emociones con mis razones, ha sido mi propia filosofía de vida. No ha sido fácil moverme entre ellas, pero siempre me he abierto camino al andar, andando tantos caminos diferentes de los que los hacían en otra dirección. Hoy, lo hago desde veredas, desde mi total libertad, porque eso es lo que fui y, ahora, lo que soy.
"A DISTINGUIR ME PARO LAS VOCES DE LOS ECOS
Y ESCUCHO, SOLAMENTE, ENTRE LAS VOCES, UNA"
Maravilloso, Moby.
ResponderEliminarEn algunos aspectos me siento identificada en este relato.
Creo que hemos pasado por cosas parecidas, aunque aún yo no he llegado aún a tu libertad, ya sabes que es un proceso lento, pero pasito a pasito se consigue. LO SÉ Y LO VOY A CONSEGUIR! MI NUEVA VIDA ESTÁ EN PROCESO DE LLEGAR.
Maravilloso Machado!!
Felicidades, Moby!!
Gracias, Patri!
EliminarDe chica, siempre me rondaba en la cabeza mi angelito bueno, el que me advertía que la Virgen lo ve todo, y por si acaso era verdad, nunca me portaba mal o me portaba mal muy rápido. Todo aprendido de una madre buena y de un colegio d monjas al parecer, también buenas. Luego, de mayor, a fuerza de escucharme descubrí que yo también soy sobre todo, buena, y no solo por las monjas, no solo por la Virgen, que también, soy buena por mi marcado espíritu filantrópico y ... porque mi conciencia no me deja ser mala, nunca pude, nunca me deja.
ResponderEliminarMi buena cuñá, sí.
EliminarNingún camino hacia la libertad resulta fácil.Los miedos superados, el enfrentamiento a lo que te hace débil,,las cadenas rotas y todo lo que quieres dejar detrás es lo que te hace poder medir tu grado de libertad.No es tarea fácil pero nunca IMPOSIBLE.
ResponderEliminarLa libertad no se compra, se gana. Besos fuertes, Mana
EliminarPreciso!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Jesús!
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