"MÁS ROJOS Y MARICONES, POR FAVOR"
Enciendo mi ordenador esta temprana madrugada, más de lo normal hasta para mí, y leo y OIGO en las redes y periódicos (los no comprados), la vapuleada entrevista que mantuvo Jorge Javier Vázquez versus la ya conocida cuñadísima Ana Rosa. Fue a las 5 de la tarde, hora en la que ella disfruta de su afición taurina con sus cornadas al sentido común y a la razón de la que ella carece.
David contra una Goliath muy pequeña en esa batalla en la que volvió el triunfo para el que se lo merecía.
Alguien, de tú a tu, tenía que desenmascararla y nadie mejor que Jorge Javier, nadie como él para lanzar pullas sin miedos a represalias porque él ya está muy por encima de los miedos que la Quintana esparce entre sus subalternos y seguidores. Unos por temor al ostracismo y los otros porque se la creen y ven un mundo alternativo a la realidad, la que ella les muestra como verdades absolutas porque su visión ha echado raíces putrefactas en esa derecha rancia, podrida por los bulos que ella planta con la ayuda de sus amigos del estiércol. Íntima de la Ayuso, del Inda, del Marhuenda, del Herrera y demás miembros de su equipo envenado, van en comandita usando la palabra para su conveniencia y ocultando lo que no es conveniente para sus intereses. ¿mencionó alguna vez a su marido condenado por delitos oscuros compartidos con el amigo de ambos, Villarejo?, ¡qué olvido más tonto!. Ella es así de selectiva, lo que pasa en su casa, se que en casa, en su casa. En cambio, tira de hilos muy pequeños y finos para hacer madejas gruesas en casos que ella magnifica a su antojo según sus propios intereses y los de sus secuaces.
Estos últimos años, las empresas de seguridad han vivido un crecimiento abismal. La alarmante voz/vox de esta señora y los suyos han engrosado el número de okupaciones escondiendo parte importante de la verdad y contexto. Su público, sus fieles seguidores llamaban a esas agencias para que sus propiedades no fueran invadidas a cambio de un desembolso grande de sus escasos ingresos.
Justificó las malas artes de la presidente de su comunidad hacia los vecinos madrileños a los que dejó morir porque estaba su muerte escrita en sus demoniacas escrituras.
Mientras, al Presidente del Gobierno no le perdona ni tan siquiera lo que no ha hecho, es su peligro, su posible condena de sus mentiras si no se las permite y su fin de campañas y de sus malas compañías.
Fue Jorge Javier Vázquez, durante los meses de clausura pandémica, el que bautizó su verdades desnudas y necesarias con la denominación de "ROJOS Y MARICONES" para adelantarse a aquellos que, inmediatamente después, le insultarían con saña por descubrir lo que nadie osaba gritar.
Puede o no gustar o ser criticables los contenidos de sus programas, pero, al margen de eso, su figura se agiganta frente a los necios, las mentiras, los bulos y los daños hacia los que no los admiten y lo denuncian.
Nunca me gustó la expresión "maricón" por su connotación de desprecio hacia los homosexuales. Ahora, ha dado un giro y se ha convertido en el adjetivo de los valientes, de los que van por la acera de enfrente libres, sin miedos a los ataques y las burlas de los cobardes que tanto ocultan bajo sus alfombras.
¡¡¡MÁS ROJOS Y MARICONES PARA EL MUNDO, OS NECESITAMOS!!!
Hola Moby. Te prometo, te juro, te aseguro,
ResponderEliminarte garantizo que la señora Quintana no es familia mía, aunque lleve indignamente mi apellido. 😭😭😭😭
Lo sé, menos mal, ufffffffffffffffff!!! De la que te has librado en navidades...
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