"CÁDIZ Y SU CABALGATA"

 

¡EL MELLIZO SUPERVIVIENTE!

Cádiz no va de rica por el mundo, no lo necesita, no tiene que demostrar nada a nadie. Por sí sola, ya lo es. Su esencia e idiosincracia están tan arraigadas en todos los que la conocen que hablan por sí solas.

El 5 de enero, durante su cabalgata de los Reyes Magos, volvieron a ponerse en valor su estilo y forma de sentir y disfrutar cada momento que le toca vivir. Aquí, no hacemos alardes de hacer más que el resto con lujosas carrozas, efectos especiales, personajes perfectos de cuentos ni cualquier otra artificialidad. 

Insisto, Cádiz no necesita tirar la casa por la ventana para comprar lo que no se puede permitir. La imaginación y el ingenio sumados al carácter del gaditano son más que suficientes para conseguir mucho más que los otros gastando cantidades indecentes del dinero público para unas pocas horas de diversión.

Aquí, la mayor parte del presupuesto para estas fechas ha sido destinada a llevar regalos a esos niños que tienen todo el derecho a despertarse la mañana del 6 de enero con su ilusión infantil cumplida y, también, con su desayuno, almuerzo y merienda que no repartirán los comedores escolares cuando cierran por vacaciones.

Duele mucho contemplar el orgullo de otras ciudades con su excesiva navidad, en tiempos tan duros como estos, donde se iluminaban calles mientras se apagaban luces en la casas. ¿Que toda esta parafernalia atrae al turismo y deja dinero a la ciudad? La siguiente pregunta está clara, ¿esas ganancias serán repartidas o, al menos, utilizadas para mejorar la vida de todos o solo de unos pocos?.

 Cádiz no tuvo la cabalgata más organizada ni deslumbrante del país si la comparamos con ellas, pero, si lo hacemos al revés, sí que deslumbró al mundo por su luz natural, sin más.

Hoy, por fin, llegó el 7 de enero; hoy, siguen habiendo fondos en las arcas municipales, sin trasfondo y sin que se hayan desfondado. Buena gestión. Mi ENHORABUENA.