“ CARNE MECHÁ " LA MOBY”

 

                                      

 INGREDIENTES: -

Un redondo de ternera 

- 2 cebollas 

- ½ cabeza de ajos

 - Vino de guisar “El guiso”

 - Aceite

 - Harina

 - Sal y pimienta.

 Limpiar el redondo con mucho cariño y dejarlo bien “escamondao”; salpimentar por todos los lados para que resulte más simpático al paladar. Buscar una olla express y una sartén (a ser posible, que combinen entre ellas; esto es muy importante para que se lleven bien). Verter un par de dedos de aceite en sendos recipientes (reservar el resto de la mano, después nos hará falta). Mirar de nuevo el redondo, que no debe de haber cambiado de forma geométrica, y enharinar con paciencia y cariño (dándole golpecitos, si fuera necesario, para que no lleve sobrepeso que, a la larga, trae problemas…)

 Cortar las cebollas en julianas (nombre dado a esta modalidad porque se creó entre dos mujeres que no se ponían de acuerdo (Julia y Ana) y que se optó por esta solución salomónica o no se acababa nunca esta receta. Sofreír el redondo y la cebolla hasta que estén doraditos (el negro no sería adecuado, ¡Cuidado, no te despistes!. Verter la cebolla y el ajo, cuando estén en su punto, sobre el redondo, salpimentar de nuevo, añadir el vaso de vino (200 c.c.) y cubrir con agua hasta tapar la carne completamente. Cerrar la olla con su tapadera correspondiente (para mí, ésta es la parte más complicada, nunca encaja a la primera…).

 Dejar entre 60 o 90 minutos a fuego bajo. Transcurrido este tiempo, retirar del fuego y tener paciencia hasta que eche todo el vapor que contenía y quede agotada. (Es aconsejable utilizar este espacio de tiempo para fregar todos los cacharros que se han ido acumulando: lucirá todo mejor.) Una vez desahogada la olla, sacar la carne con un trinchador y apartarla para que reflexione sobre su experiencia. La salsa se deja, a fuego fuerte, hasta que se consuma y solo se vea su base. Sin pedirle permiso, introducir la batidora de mano y dar vueltas con ella hasta que pase a un estado de buena esperanza en su maridaje con la carne. Esta se quedará en ese lugar hasta que se le bajen los humos y se proceda a su corte sin piedad. Y nada más… y nada menos!!!

 No existen viandas, ni manjares

encontrados en lugares,

 de reyes o de zares,

o, repartiéndose a pares

en tabernas y en bares,

 desde la tierra a los mares,

 que superen o reparen

 con estas carnes tan singulares

con que Moby, en los hogares,

 deleita los paladares.

 (letrillas populares...)