LAS VISIONES DE LA HISTORIA: ASTIGMATISMO, HIPERMETROMÍA Y PRESBICIA

 

La historia nace, poniendo fin a la Prehistoria, con la aparición del primer texto escrito. Se piensa que sólo lo que se fija en algún documento es la verdad o, al menos, lo suficientemente veraz como creerlo y, a partir de ese hilo, crear bases fidedignas para contemplar los hechos que acaecieron. De alguna raíz hay que crecer para conocer nuestros pasado y nuestras creencias. Por otra parte, fueron muchos los siglos donde el analfabetismo era una realidad en la base piramidal de nuestra sociedad que se ha prolongado por periodos en los que, las guerras civiles y externas, destrozaban cualquier intento por instruir a la población. Otros aspectos, como la supervivencia en esas interminables ausencias de paz y las hambrunas que provocaban, dejaban al margen el acercamiento a la cultura de las clases más desfavorecidas.

Nos quedan muchos textos históricos donde las visiones personales y particulares, quizás más subjetivas que lo contrario, se consideran como la única verdad existente y la cantera de nuestra justificada evolución a lo largo de tantas centurias y un par de milenios.

La población no tenía acceso a plasmarlo con su mano asida a la pluma y al tintero. Sólo su voz transmitía lo que veía y padecía desde su personal visión de los acontecimientos.

Es decir, la historia se ha nutrido de palabras escritas y orales, transcritas estas posteriormente, en donde todo es cuestionable para no creerlo a rajatabla. ¿cómo conocer la verdad entonces?

Contrastando ese legado hasta encontrar la coherencia en los hechos y datos que nos contaron.

Y llegamos al siglo XXI, año 2023, y el problema permanece. La ausencia del aprendizaje histórico es tan grave como para seguir enfrentándonos los unos con los otros. Hoy, lo escrito se expande  a través de la prensa encadenada al vasallaje de los señoríos que los dirigen pisoteando verdades y sembrado mentiras asesinas de realidad. Pocos son los periódicos que viven alejados de ese negocio destructivo de la verdad.

Lo que no queda en papeles, se transmiten en palabras locas por salir empujando las mentiras que se agolpan en esos vómitos.

El astigmatismo es la distorsión de la imagen; la hipermetropía, dificultad para ver de lejos y la presbicia, conocida como vista cansada, nos dificulta distinguir lo que tenemos en nuestras narices.

Portemos o no gafas, pienso que es cuestión de acudir a revisiones ópticas cada vez que se nos manifieste la inseguridad de lo que creemos es claro o, por el contrario, una gran distorsión de nuestra visión. Hay que probarse muchas lentes hasta encontrar aquella que se ajuste a esa coherencia necesaria.

LEER, ESCUCHAR Y GRADUAR LA VERDAD COHERENTE DESDE NUESTRA VISIÓN DEL MUNDO Y HASTA CONOCER LA REALIDAD CRISTALINA. 

 

Comentarios

  1. Que no nos la den con queso.
    ( Hermana mediana).
    (¡ Qué arte tienes, hija!)

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  2. Qué bien redactado y explicado!!
    Mobi, te voto a ti!!
    Un beso enorme!!

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