"BIENVENIDOS, 64"
Fui la cuarta en nacer y, a esas alturas, no se percataron de la hora exacta en que llegué. Siempre me decían que en la madrugada del diez de septiembre de 1960. Hoy, a las 4.45 a.m. , han llamado a mi puerta para aclararme ese dato que me faltaba. Los 64 se han presentado uno detrás de otro y me han traído regalos en forma de recuerdos. Mi casa, tan pequeña, está repleta de momentos ordenados según los calendarios que los marcaron. ¡Son tantos!. Voy seleccionando, pero no me lo permiten, he de verlos todos, no me aceptan que elija los buenos y deseche los olvidados: todo suma, todos han tenido su papel en este teatro de la vida en la que fui siempre protagonista aunque creí que, en muchos de ellos, sólo eran actuaciones de reparto, porque somos únicos y nadie escribe nuestra historia por nosotros. Son nuestras decisiones, nuestros errores al elegir entre lo que sí y lo que no, nuestros momentos únicos y los repetidos.
La infancia en la década de los 60 no daba para caprichos, se vivía con más imaginación, sueños y deseos entresacados de esos cuentos y muchos libros leídos por mi padre. La adolescencia, en los 70, fue el encuentro con las realidades según iba tomando contacto con ellas. Tiempos de cambios y de revoluciones. Menos sueños y más despertares hacia esos años tan convulsos, tan alterados, tan indefinidos llegando a mi mayoría de edad. Se acabó la infancia para siempre, y llegaban las responsabilidades que vienen sin ella. Vida de adulta por delante se presentaba y ya no había marcha atrás. Tiempos difíciles en los que has de torear los acontecimientos que sobrevienen y otros que te vienen sobre decisiones erróneas.
En 1990, por fin, fui madre y lloré mucho, pero llantos de los buenos; sin duda, el antes y el después de mi historia. Tenerla en mis brazos, sentirla y sentirme victoriosa es el recuerdo por excelencia que conservo como el primero de mi lista, sólo comparable a la llegada de Dada, mi nieta.
Todo fue tan rápido que he de acudir a los álbumes antiguos para revisar imágenes que me cuenten cómo completar datos en esa cronología paso a paso.
Hoy, siento que es un día especial, nunca había tenido un regalo de una vida, la mía. La que elegí y la que resultó de mis elecciones. Hoy, ha llamado a mi puerta esa multitud, vestida de tantos colores según sus penas y sus alegrías. Soy una mujer afortunada porque no he dejado ninguna hoja en blanco y no hay tachaduras en ellas: fue lo que fue y así quedará escrito.
Hoy, les he abierto la puerta de par en par, les he dado la BIENVENIDA, se lo merecen. Los adioses no hablan, se van en silencio cerrando la puerta.
COMENTARIOS DE LA AUTORA:
1.- La foto que preside este relato de hoy anuncia un próximo acontecimiento en el que daré otra BIENVENIDA: mi segundo libro, concebido con tanto amor e ilusión como el primero.
Su nombre: "ROSAE".
2.- Siempre se dijo que una buena capa todo lo tapa; los sombreros también cumplen esa misión cuando es necesario...
Me has emocionado. Que tengas un maravilloso cumpleaños. 🎂🎂🎂🥰🥰🥰
ResponderEliminarCon la familia y los amigos que tengo, está asegurado. Muchas gracias, querido Emilio.
EliminarFelicidades, jovencita. En 26 días, este vejete llevará otro más en el saco... Yo perdí los álbumes y solo me quedan hojas sueltas (cosas del derrame) pero en las que quedan tus hermanos y tú tenéis amplia presencia... ¿Por qué? Pues debe ser porque imprimís fuertes lazos y varios sombreros 😘😘
ResponderEliminarAnónimamente, er More 😘😘
EliminarMuchas gracias, querido More!!!
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