"EL PATIO DE MI CASA ERA MUY PARTICULAR!!!"
Yo nací en un 4º piso y, mi madre, viendo que mi hermano lo tiraba todo desde el pequeño balcón al patio, incluídas sillas, temió que yo me convirtiera en su próxima arma arrojadiza hacia la zona común vecinal y decidió que nos mudáramos a un piso en la planta baja. Ahí, todos estaríamos más seguros frente al terrorista de mi hermano. Ja!, el primer día que llegamos, Dori, que solo tenía 2 años y poco más cuando llegó, fue colocada por mi padre en una de las inocentes ventanas sin aparente peligro por su escasa altura hasta el suelo. Eso era verdad, pero lo que no se pudo imaginar que, a pesar de la poca distancia en esa predecible caída hacia el exterior era encontrarse con los numerosos cristales que la esperaban allí; total, que pasó. A los pocos días, fue Charo la víctima de la misma puñetera ventana, jugando con algo entre sus manos, este se le resbaló y otra vez al patio y tambíén, ella con él. Ya iban 2..., Mi madre, que tendía la ropa desde ese hueco, se pasaba el día recogiendo todo aquello que se le había escapado durante el tendido y, para no dar la vuelta al bloque y acceder por la vía normal pero más distante, optaba por intentarlo con un palo, lo conseguía a veces, pero hubo una que no y..., también fue al concurrido patio como una más de la familia. Mi padre, al que le encantaba el bricolaje a lo “Pepe Gotera “, pintaba las ventanas pero también, por extensión, la de los vecinos de al lado, en sus múltiples brochazos empapados en pintura mezclada con no sé qué más. Sí, también él fue a parar al lugar de encuentro familiar habitual al intentar capturar la brocha autora de todas las salpicaduras que dejaron unas pistas muy claras de su origen. En fin, quiénes fueron lo únicos que no pasaron por ese conducto ya oficial para todos los habitantes de ese bajo derecha? Efectivamente, tan solo mi hermano y yo. Él siguió tirándolo todo, todo lo que estaba a su alcance, pero jamás lo hizo conmigo, creo que se debe a que ya tenía la certeza de lo que pasaba con los cuerpos humanos cuando estos se precipitaban al vacío y no consideró necesario hacer más pruebas. Y eso sí, mi madre consiguió su propósito, yo me quedé en tierra.
Buenos días, Moby! No he podido evitar sonreír al leerte. Como me ocurre cada vez que te leo me imagino la situación en mi mente (bueno en realidad me pasa con toda mi lectura).
ResponderEliminarMe hace mucha gracia tu hermano, los niños traviesos, pero inocentes, que conste me divierten (será porque no son míos, jajaja). Una historia muy particular, como el patio.
Es admirable la paciencia de tus padres, es la labor más difícil en esta vida y nadie ni nada nos enseña a serlo!!
Un beso enorme y Feliz día!!
Siii, muy GRANDES MIS PADRES!!!
ResponderEliminarJajajaja, vaya experiencia familiar!!
ResponderEliminarSiii, muy particulares…
ResponderEliminarSeguro que en ese patio cuando llovía no se mojaba como los demás.
ResponderEliminarPor supuesto, era demasiado particula…!!!
EliminarAquel patio era la continuación de nuestras casas y nuestras vidas. Y servía para confirmar lo bueno y lo malo que tenía la gente. Inolvidable.
ResponderEliminarSí, lo fue y lo será siempre.
EliminarYo de pequeña tiraba cosas por el balcón , con decirte que tiré un planchero.No maté a nadie de milagro
ResponderEliminarNo te gustaba planchar?
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