"DESPOJADOS Y ASPIRANTES"

 



No, no soy monárquica. Lo fui cuando se restauró, era muy joven y había visto demasiadas veces las películas de Sissi en su esplendor y no eres consciente de la realidad hasta  que estos episodios de la historia novelados no los identificas con lo que pasó en la realidad y aprendes cuál fue el final de ese supuesto maravilloso cuento. En la casa de los Borbones, ha habido de todo, ya casi estamos al corriente de todas sus vergonzosas hazañas desde que nos llegó esta nueva dinastía.

No, no es mi intención comentar más allá de estas líneas introductorias, de momento, sobre la casa real, que no ideal, cuya cabeza es el jefe del estado sino, más bien, de una de sus parientes cercanas  pero, parece que, en el presente, algo más apartada; me refiero a una de sus hermanas, a Cristina.

Es curioso que, a pesar de no simpatizar con ellos, tenemos ella y yo aspectos comunes que nos relacionan: el ducado y la corona. Ambas los llevamos en la sangre; ella, de nacimiento; yo, desde la adolescencia. 


Actualmente, ella ha perdido ambos privilegios, se los quitaron justamente. Tanto el título que le regaló su padre al casarse como todos los posibles  derechos de sucesión si llegara el caso.

Yo, en cambio, sigo enganchada, desgraciadamente, a lo que ella ya está desvinculada. Ducados y coronas son las marcas de tabaco que siempre me acompañan, sí, desde mi adolescencia. Fue un gran error de niña que jugaba a no serlo. Nadie más en casa lo hizo (afortunadamente, no fue hereditario como en el caso de la señora Urdangarín). Yo, que soy tan amante de la libertad, permito que unos cilindros de papel rellenos de nicotina y demás decidan por mí en muchas situaciones. Creo que esto es lo más preocupante de todo, la dependencia. Obviamente, la salud (en casa de neumólogos...) te la juegas con cada uno que enciendes y consumes. Este hábito me ha despojado también de tener una dentadura blanca y bonita, de subir más escalones que los que puedan soportar mis pulmones y de mucho más.



 La pregunta obligada ahora es:¿cuándo lo abandonaré?, no lo sé. He empezado a bajar el número diario y a apagarlo antes de llegar a su mitad. Es un comienzo, es algo. Quizás, en un futuro, la vida y mi voluntad, me igualen a la situación actual de aquella duquesa destronada y sin corona.




Comentarios

  1. Que arte para hilar vicio y corona!! Muy bueno.

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  2. Qué elegancia para comentar nuestro adorado tabaco!!
    Pues sí tampoco soy monárquica.
    Pero, enganchada al tabaco, empecé con 19 años porque claro, era guay fumar y cuando salía lo de mi pandilla que eran mayores te ofrecían un cigarrillo (antes era costumbre ofrecer uno) y decías yo no fumo y ponían caras raras.
    Así que 2 amigas y yo decidimos que teníamos q aprender a fumar (vaya tontas) y hasta hoy sigo fumando y por supuesto a ido aumentando el consumo, que los compro por cartones.
    La situación que estoy actualmente viviendo no me permite dejar de fumar.
    Algún día reduciré el consumo de "Mi gran Amigo" y quién sabe sí me quito (digo mientras disfruto de mi cigarrito)

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    Respuestas
    1. Todo tiene su momento en la vida, y no dudo de que tu también lo encontrarás para hacerlo!

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    2. Por supuesto que sí!! Simplemente hay que dejar que todo fluya y no imponerme algo que no quiero hacer!! Porque poco a poco llega el momento!!!

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  3. Jajaja
    Buena comparación!

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  4. Yo fui un fumador empedernido hasta que empecé a salir en bicicleta con mi hermano y unos amigos. Harto de ser siempre el último en llegar, decidí dejar el tabaco. Ahora sigo llegando el último, pero ya no fumo. Querer, es poder.

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  5. Yo lo abandoné hace ya nueve años, y según los libros, casi he perdido la herencia y el riesgo. Me produce nostalgia ver en foto al que fue mi amigo durante casi 40 años y si a Cristina le ha costado dejar la corona tanto como a mí me costó dejar el ducado, no puedo más que sentir pena por ella, aunque yo tampoco sea monárquica

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  6. Yo dejé el tabaco hace casi tres años y siento remordimientos por dejar de contribuir con la Hacienda Pública.Yo estaba destinado a un barco donde podíamos comprar tabaco exento de impuestos,fumaba Chester y la cajetilla me costaba 65 centimos,mientras que la misma en un estanco valía 4,70€,es decir que los impuestos eran enormes,4,05 € por cajetilla,casi 41 € por cartón,un pastizal que ahora deja de percibir nuestra hacienda y que tendrá que sacar de otro sitio.

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