"LOS SEIS MAGNÍFICOS Y... ¿SORPASSO FINAL?

Ya comenté, hace unos día, lo que es la COMUNICACIÓN, pero no cómo lograrla. No, no siempre se consigue; de ser así, no viviríamos entre tantas disputas, malentendidos, luchas, guerras... Para que la comunicación sea efectiva, es decir, que haya una recepción correcta del mensaje que se quiere enviar a la otra parte, hay que cumplir con todos y cada uno de los elementos indispensables para que esta llegue a buen término y son los siguientes:

1- El EMISOR: la persona, animal o cosa que debe transmitir un mensaje

2- RECEPTOR: a la persona, animal o cosa a quién se le quiere enviar ese mensaje.

Pero con estos dos únicos elementos no basta, nos falta el resto que es igual de importante: 

3- CONTEXTO: la situación que establece el tiempo, el lugar y el momento concreto.

4- CANAL: el medio por el que lo transmitimos.

5- CÓDIGO: el idioma o símbolos, gestos, movimientos, ruidos, etc. que utilizamos.

6- MENSAJE: lo que queremos contar.

Pongamos un caso práctico a partir de estos principios ya establecidos: En un contexto situado en un colegio, en el aula de 4º de ESO; son las 9.30 de la mañana (la mejor del día, ya se han despertado en la anterior y el recreo es a las 11.30, no tienen aún mucha hambre de bocata ni de balón y demás), un miércoles  de octubre de 2021. La materia es literatura y se va a explicar la relación entre "la vida y la obra de Lope de Vega", es decir, el mensaje.

El emisor es la profesora, la que va a enviar el mensaje. Los receptores, los alumnos (con suerte, el 80 % puede estar activado).

El canal es la voz de la profesora por lo que es necesario, también, el oído de ese porcentaje para escucharla.

Todo está preparado para una perfecta comunicación de ese mensaje, pero..., la profesora ha empezado a hacerlo con un código inesperado, la lengua china. Evidentemente, es imposible comunicar ni el programado mensaje ni pretenderlo por muchas explicaciones que se le quiera dar porque el código es totalmente desconocido.

Ha fallado la COMUNICACIÓN. No podía ser de otra manera.

Imaginemos, ahora, otra  situación, esta vez, en el Palacio de Congreso de los Diputados; mismos días y horas que en el caso anterior (CONTEXTO). La Diputada y ministra Yolanda Díaz (EMISOR) se dirige a uno de los miembros de la oposición (RECEPTOR)  para detallarle, minuciosamente, los casos de  corrupción continuada que ejercen y han ejercido con total impunidad estando en el poder y fuera de él (MENSAJE). Tanto en la situación anterior como en esta, los medios de transmisión son los mismos (CANAL). Pero hay una gran diferencia ahora, la emisora utilizará la lengua castellana para expresarse (CÓDIGO). Esta vez todo tenía que salir perfecto, pero no fue así; creemos que, a los RECEPTORES, les pareció escucharlo en chino porque, para ellos, cualquiera que sea el medio de comunicación basado en los principios democráticos, son totalmente indescifrables e incomprensibles.

 Aquí, fallados los receptores iniciales, solo nos queda desear que el mensaje sí haya llegado correctamente al resto de los que deben conocer la verdad, es decir, los receptores que han de decidir su voto.