"MON PÈRE ET MOI"

 

Siempre me dijeron y lo siguen haciendo que, al verme, soy idéntica a mamá. Tú, cuando escuchabas esto decías: mis tres niñas no son feíllas, pero no le llegan ni a la suela del zapato a su madre. Era tal el amor que sentías por ella, que nada ni nadie le podía hacer sombra.

A pesar de las semejanzas o no con mamá, cada día que pasa desde que te fuiste (en poco menos de 2 meses, hará 30 años) encuentro más similitudes contigo. De entrada, algo que todos nos han sufrido más de una vez, nuestros "hipogritos huracanados  a lo pepepótamo", capaces de silenciar un barrio entero, no solo a los Barrios Fedriani...; pero que, de la misma manera, nos quedábamos, pasado el tifón, tranquilos y lo olvidábamos en apenas unos minutos. Los que nos conocen bien, lo saben (perro ladrador,...). También, nuestro poder para aprender todo lo que ignoramos a base de tesón y de mucho esfuerzo. Nuestra energía inagotable en el trabajo y fuera de él. Eras muy amante de los libros y nos lo transmitiste a los cuatro que siempre andamos metidos en letras (no, no las del banco, tranquilo); nos une el decir las cosas de frente, el mirar a los ojos cuando hablamos y ser claros al expresarnos para evitar los malentendidos y las confusiones. Nos reconocen por nuestros nervios latentes, sin pausas y con muchas prisas.

Tu legado, tanto genético como educacional es inmenso, tanto como para vivir de las rentas para siempre. Entre las muchas cosas que me enseñaste y que me han servido para recorrer mi vida, fue aquel día en que llegué llorando del cole porque me llamaron bizca (tengo un ojo vago y carezco de visión y de control sobre él) y, tú, desde tu sabiduría me respondiste: "no te quejes, que con el otro ojo sí ves". Así eras tú, grande, sincero, claro y muy conciso. Si algo ha cambiado en estos 30 años hacia ti es que, ahora, eres enorme. Cuántas preguntas pendientes te haría, si aún pudiera, y cuánto daría por  conocer tus certeras y sinceras respuestas. 

Yo, por fin, también estoy en el Paraíso de tu Cádiz querido y me enamoran las calles cuando pienso que son las mismas por las que tú pasabas a diario en tu trabajo. No, no las reconozco, aún, tan bien como tú, pero las aprenderé, no te preocupes.

Pues, desde mi Paraíso al Cielo, todos mis recuerdos y agradecimientos por ser quién soy, ¡ah!, y dale muchos besos también a mamá.

Comentarios

  1. Moby, enternecedor. Otra vez se me han saltados las lágrimas. Quizás por la similitud de esos recuerdos, porque me identifico muchísimo en este relato.
    Es cierto que que hoy estoy especialmente sensible. Pero, como decía mi padre, ahora no puedes arreglar nada, así que descansa, disfruta del día de hoy y mañana las soluciones y tus objetivos vendrán solos.
    Te quiero muchísimo, papi y sé que siempre estás conmigo!!
    Espérame que pronto estaremos juntos para siempre cuando llegue mi hora y cumpla mi misión en este mundo. Te quiero muchísimo papá.
    Moby a ti te quiero tanto, eres la mejor psicóloga y autoayuda que he conocido en este mundo.
    👏👏👏❣️😍🥰

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    1. 🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰

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  2. Pues sí, era bueno, trabajador, cariñoso , muy bromista y valiente: No soportaba las injusticias.
    ( Hermana mediana).

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  3. Te enseñó entre otras muchas cosas, a ver la botella medio llena y eso ya es mucho.

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  4. ¡Bendita la rama que al tronco sale!
    ❤️❤️

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    1. Ojalá siempre sepa estar a su altura!
      Miles de besos, querida vecina!!!

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  5. Precioso relato.Sus enseñanzas son un gran tesoro que siempre nos acompaña.

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  6. Hablamos de quien inventó Actitudes (es que estoy es lo que hay), dedicación (aprendí no sé qué madrugada a atarme los cordones, a su lado) y, sobre todo, perdonar sin rencor (serían mil ejemplos). Aparte, claro está, de ser un antológico creador de palabras. Véanse algunas:
    Sorollón: se aplica al filete frito sin ganas, sin sal y sin un monturrio de papas fritas pretorianas.
    Liquefacto: dícese del arroz con leche al que hay que esperar a la merienda para atacar provisto de una cuchara; todo sin equipo de apoyo.
    Jarragua: mezcla de grifo y frigo que, como es natural, se derramó más de una vez sobre su barriga, aquella sobre la cual su nieta desarrolló, confiada, una siesta tras otra.

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    1. Yo también vi el alba aprendiendo a atarme los cordones.
      Chipichanga: dícese de una persona pamplinosa y sin expectativas de cambiar.

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  7. Precioso Manoli !! Digna hija de Charo y Gabriel

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  8. Fue el que me enseño que era un sol gitano y el que me dijo que todos los días se aprendía algo nuevo. Yo cada vez que veo un sol de esos me acuerdo de él. Gran persona ese hombre, al que nunca le oí hablar mal de nadie, cosa muy meritoria.

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