"MÁS ALLÁ DE LA PIEL DE TORO"

 Cuenta la leyenda que un rey quiso premiar a un súbdito por realizar una gran hazaña y le dijo que pidiera lo que quisiera que le sería concedido. Él contestó que le entregara el territorio que cupiera dentro de una piel de toro. El rey se rio para sus adentros pensando que era un infeliz al contentarse con tan poco. Esa piel fue cortada a tiras muy finas y, posteriormente, extendidas sobre la tierra para que abarcase esa nueva superficie. El resultado fue increíble. Así nació nuestra península, nuestro país y que, además, conserva la silueta de esa piel de toro originaria antes de ser cortada.

 Esa es una vieja historia popular que hemos escuchado muchas veces (observación: hay muchas versiones de esta leyenda y esta puede ser otra más), y me remito a ella porque no solo ese súbdito supo jugar muy bien sus cartas ganando un enorme e inesperado botín sino, sobre todo, porque con él nació la actitud pícara de sus habitantes que hasta hoy perdura.

Curiosamente, el primer pícaro de la literatura universal nació, anónimamente, de la mano de un español (se barajan entre 3 o 5 posibles autores, y ninguno era extranjero). Me refiero, lógicamente, a "El Lazarillo de Tormes", no creo que saliera de la nada, sino que fue creado a partir de nuestra forma de actuar para sobrevivir o, para vivir mejor.

Actualmente, todos estamos al día de la corrupción en las altas esferas políticas y económicas, y nos quejamos de cómo manejan a su antojo la recaudación a través de nuestros impuestos. No nos falta razón, desgraciadamente, es así. Pero vayamos un poco más allá de los inaccesibles y corruptos de las altas élites, aquellos que se nos van de las manos tanto como se nos escapan con nuestro dinero . ¿Cuántas veces hemos oído vanagloriarse a alguno de nosotros, los de a pie (los robados por los de arriba)  de jugar a ser tramposo como medio de vida al principio para continuarlo como modus vivendi hasta el final de esa vida...? Y, lo más curioso, es que se jactan de hacerlo por considerarse más listo que los demás que sí cumplen con sus contribuciones. Es decir, en este país, el defraudador es el triunfador y, el defraudado, el vencido.

Señores y señoras, la recaudación de impuestos (municipales, autonómicos y estatales) es el fondo de donde se crearán hospitales, colegios y demás servicios públicos. Este tema es cosa de todos, de los de arriba (que malgastan o roban nuestro dinero) pero, también, de nosotros, los de abajo (que restan "orgullosamente", a través de sus trampas, calidad de vida a los sí contribuyen honradamente).

No nos quedemos en el patio del colegio con aquello de: Fulanito lo hizo también...