"LA RE(S)PÚBLICA"

 

Partiendo del origen de las palabras: monarquía (gobierno de uno solo) y democracia (poder del pueblo) la antagonía es más que evidente entre ellos. Curiosamente, el término aristocracia nos ha llegado totalmente desvirtuado respecto a su origen (gobierno de los mejores, de los elegidos)

Ya hemos puesto sobre la mesa dos de los tres conceptos que son, de entrada (esperemos que pronto se produzca la salida del incordiante) totalmente incompatibles para una convivencia racionalizada.

Tenemos una jefatura de estado no democrática, así de claro y evidente. Si a esto le añadimos las corruptelas de todas sus dinastías más lo absurdo de continuarlas por tradiciones sin peso en la actualidad, es fácil llegar a la conclusión de que ocupan un lugar asignado por la sangre azul y por la roja que ha corrido durante muchos siglos para perpetuarse en su trono.

De las muchas connotaciones que ambos términos nos pueden suscitar, creo saber qué es  lo que vienen a representar: lo privado frente a lo público. Así de claro.

La privatización de los derechos públicos es abominable. Un país o es de todos o no es de nadie en particular. En cambio, los derechos de sus ciudadanos sí pertenecen a todos y a cada uno que lo habita y, entre ellos, es el de tener acceso a todos los servicios públicos pagados por el pueblo sin distinción ni privación. 

Mal vamos en esta tarea donde la recaudación no se gestiona direccionada a proteger e igualar a todos los ciudadanos. ¿Por qué se desvían descaradamente los fondos autonómicos a capricho de sus dirigentes dejando a su suerte a quien tiene todo el derecho a disfrutarlo dignamente y no como una limosna?

¿Qué culpa tiene la monarquía en todo este asunto? mucha. Viven de nuestros impuestos más lo que ellos imponen a los que la cortejan. Permitimos que pase y no pasa nada.

Tenemos dos reyes: uno sin mérito y totalmente desacreditado y, otro, porque lo heredó del anterior. ¿Dónde ha estado la voz del pueblo para su investidura? Evidentemente, no estuvo porque nunca ocurrió; ese acto se "oficializó" para el mundo a través de la proclamación de esa aristocracia rancia que la apoya y la defiende por ser su fuente dorada.

No, no es algo personal contra el rey actual sino institucional. La sangre sí va en los genes, pero un país, no.

El Jefe del Estado ha de ser elegido por el pueblo y entre el pueblo. Un rey nunca nacerá en el pueblo, ni tendrá sus obligaciones hipotecarias ni demás temas financieros. Ellos nacen con un palacio libre de impuestos y sin más cargas que las que soporta el pueblo por ellas,

Es un concepto medieval que un jefe de estado esté protegido judicialmente, tan solo, por el tono azulado de su sangre. Necesitamos que el más alto mandatario de nuestro país goce de todos los derechos como cualquier ciudadano al igual que de todos sus deberes

Etimológicamente, la palabra REPÚBLICA, viene de "res publica" tema concerniente al pueblo. Es decir, desde la DEMOCRACIA, saldrán los mejores elegidos por el pueblo para su gobierno. E, igualmente, será la voluntad del pueblo el que determine cuando dejará de ostentar ese cargo. No hay más.