"LOS BENEFICIOS DE SINTONIZAR TELE 5"

 

 LA ÚLTIMA VEZ QUE LO VI...

Ya comenté, en un relato anterior, que me crie en un piso bajo, (y sin precipitarme por la ventana hacia el patio...) y expliqué el porqué del título de este blog: Calle Escuela por estar situado en ella, mi calle, un colegio  en la acera de enfrente de mi casa y cuyos metros de separación entre ellos eran muy escasos y muy abundantes los perjuicios para mí: las madres, esperando a sus hijos una hora antes de su salida, se concentraban para el despelleje habitual de la que estuviera ausente ese día; esto unido al canto de las rancias tablas de multiplicar cuyo efecto múltiple solo servía para elevar, exponencialmente,  los decibelios me anulaban  la mínima concentración para estudiar.

Tenía que ponerme las pilas para solucionarlo y, sí, las puse, a mi transistor. No me servía la música, me despistaba más aún al escucharla. Buscando con el dial, apareció mi salvación: Radio Rota (por aquel tiempo, las bases americanas monopolizaban las ondas también). Este "canal" solo emitía en inglés y, al no entenderla yo (hoy, tampoco), resultó que englobaba al resto de ruidos que se producían a mi alrededor.

 Fue un perfecto arreglo que duró hasta que el aparato se rompió (normal, era Rota) y apareció por casa una radio, con cassette y todo, de mi hermana y al que yo tenía acceso, afortunadamente, para un uso más que justificado.

Había llovido mucho desde que viví esa situación hasta que resucitó el mismo problema: vivir en el centro y en una calle estrecha, implica que los ruidos sean constantes y elevados. Me resultaba muy complicado seguir mis lecturas vespertinas sin la concentración necesaria que se  me restaba y que no estaba en mi mano cambiar. A sabiendas de que la música tampoco me ayudaría, puesto que mi mente bailaba con sus notas, probé a encender la tele; pero, si había algo interesante, lo seguía sin conseguir leer. Hasta que di, nuevamente, con la solución perfecta: telecinco; de pronto, vi cómo todo lo que sonaba en ese canal, absorbía por completo los ruidos externos dejando el silencio en mi mente necesario  para, ahora sí, meterme en mi libro ajena al mundo. Lo que viene siendo, entrar en mi mundo. Os lo aconsejo si alguna vez os encontráis en esa misma situación. No falla.