"UN DÍA MARRÓN"

Que Luz Casal es una grande en el mundo de la música es una obviedad. Nadie como ella para transmitir el amor y el desamor en  sus entrañas. Desde que la descubrí en su grandeza, oírla es imprescindible. Da igual que tenga más o menos, mejor o peor la voz cuando canta, ella está muy por encima de las notas musicales al uso. Conozco muy poco de su vida personal, tan solo que hizo pública su lucha contra su cáncer. No ha necesitado sacar su intimidad para llegar hasta el sitio de honor que se ha ganado con su trabajo. 

La siento como un espíritu que vive en cada uno de nosotros, que nos conoce y nos cuenta lo que sentimos poniéndole palabras a nuestras inexplicables emociones.

Hay que ser muy grande para colorear emociones diferentes a las  ya localizadas y denominadas como negras o grises; ella las llama marrón ("ni gris, ni negro, tan solo marrón"). Esta canción, en concreto, resume a la perfección los días bajos, que no te conducen a maldecirlos como los más oscuros que suelen ser eternos, sino que hablan de horas donde sientes melancolía por recuerdos que saltan de alguna caja casi cerrada de algún ayer inoportuno. Son pasajeros, duran lo mismo que un día, no más. Todos tenemos esos momentos marrones, vienen y van a su aire porque es el aire el que los mueve y los para a su gusto. 

Es sano, creo, sentirlos, mirarlos a los ojos desde el corazón y esperar a que pasen y se nos vayan aclarando hasta que vuelva la blancura que aporta la luz del nuevo día. El derecho a vivirlos en la soledad contigo es de justicia y el deber del silencio de los que lo ven desde fuera es una obligación.