"DE CUANDO ME COLOQUÉ EN MI TRABAJO"
Como ya narré hace muchos relatos, me enganché al tabaco por tonterías de la vida; en aquel tiempo, era muy fácil probar de todo, todo era nuevo y se caía muy fácilmente. El verme atrapada en el mundo de los "Records" (así se llamaba la marca que yo usaba, negro siempre), me hizo consciente de que dar más pasos era muy peligroso y no los pasé. Puedo afirmar que jamás he probado un porro ni, por supuesto, ninguna de esas otras sustancias conscientemente.
Y aquí viene la historia de la catadura inconsciente: se celebraba en el centro el día de "algo" (no lo omito, solo lo he olvidado) y coincidió con varias horas libres que aproveché para quedarme en la sala de profes corrigiendo; puerta cerrada para estar en silencio.
Al poco tiempo, una vez acabada esa ceremonia, dejaron descansando un incensario (para mí, que era un botafumeiro...) y aún sin apagar. Yo seguía en lo mío hasta que las letras que leía empezaron a mecerse al compás de cargadores devotos:" pallá, pacá, pallá, pacà...". De pronto, me vi llevando el mismo ritmo y ya no podía parar. La sala estaba gris y yo, blanca y, después, "colorá" hasta pasar al negro mi mente. Ya no veía nada. No era capaz de abrir la puerta por estar en las nubes y sin poder bajar al suelo.
Más tarde, cambió el ambiente, estaba mucho más "colgá", me dio un ataque fuerte de risa que me duró hasta las tantas. Nadie entendía lo que me pasaba, yo tampoco.
Por la tarde, tuve tutorías con varios padres y mi estado era el mismo. La risa presidía la reunión y envolvía mis palabras tutoriales. Les tenía que dar noticias sobre sus hijos (buenas, malas o regulares...) y todas fueron acompañadas de ese aparente estado de "buen humor".
Hasta la noche, y con el comienzo de un fuerte dolor de cabeza que acabó en vómitos imparables, no volví a la realidad.
Estuve, pues, colocada casi un día, de indefinidos aromas risueños cuya experiencia me sirvió para conocer el mundo de los "cuelgues" y comprobar mis sospechas: pierdes la voluntad, dejas de ser tú para convertirte en alguien que no controlas. Esta fue la siguiente tutoría con mis alumnos: los peligros y efectos de las sustancias envenenadas. Todos aprendimos con esta historia.
¿RELIGION IST DAS OPIUM DES VOLKES?
Jajajajaja, una experiencia! Creerían todos que de verdad fue involuntaria ? Jajaja
ResponderEliminarYo tambien tuve una parecida, inconsciente tambien que me enseñó a mantener distancias desde entonces
La verdad es que estuve en la gloria ese rato...
EliminarUffff!!! Qué mal rato encontrarte así y no poder controlarte.
ResponderEliminarA mí también me pasó una vez y que mala experiencia!!!
De todo se aprende, con eso me quedo.
EliminarEso sí es una experiencia religiosa y no la de Enrique Iglesias.Jajaja.
ResponderEliminar"¡Ónde vapará, amos!
EliminarComo cuando el pegamento Imedio, pero como con más fervor para lo de emular las levitaciones de Santa Teresa y San Juan de la Cruz.
ResponderEliminarMàs o menos…
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