"FASES Y ALGUNOS DESFASES: AMOR, DOLOR, ODIO, OLVIDO"

 


Querer mucho no es sinónimo de querer bien. Querer, enamorarse de, obligatoriamente, debe conllevar sentir admiración por ese alguien. Admiración recíproca. ¿Qué significa?, ¿es la posición social o económica la que nos debe deslumbrar? Nunca. La valoración hacia esa otra persona se mide en base a la posición de sus emociones, de sus actitudes frente a la vida, de su empatía, de su buscar lo mejor de sí misma/o para aportarlo a la otra parte y, por supuesto, a él o a ella mismo/a. Sentir orgullo por tener al lado a un ser con el que compartir sentimientos en igualdad (nadie es más), en confianza (no tener que dar rodeos a la hora de expresar algo o expresarse sin miedos a la reacción de la otra parte). No temer al ridículo, a ser tal cual. Manifestar lo que siente y lo que no cuando lo sienta. Respetar los momentos, los silencios, la intimidad personal e intransferible del otro. Como decía el maestro Sabina: "2 no es igual a 1+1".. Cada uno es uno y, entre ellos, una intersección (que no ocupación) unirá las partes de ambos simétricas guardándose sus asimetrías con toda su libertad y mucho respeto. Amar bien es fascinarse, mutuamente, por los valores de la otra persona hacia ella y hacia el mundo. Si hubieran intereses  por una de las partes o por ambas, eso ya no es amor, eso ya no es sano.

Si alguien busca satisfacción personal sin más interés que lograr una meta dudosa (egoísta), irremediablemente. la otra parte solo tendrá dos opciones: darse cuenta o no. En el primer caso, se saldrá de ese vínculo desvinculado de verdades; en el segundo, por desgracia, será la sumisión y la resignación (que no la aceptación) las que la mantengan en esa situación.

El amor inicial, si es que lo hubo, da paso al dolor. La lucha consigo misma/o por saberse atrapada/o en un bucle infinito que le hace infeliz pero del que no quiere o no puede escapar por su creencia de que, sin esa otra parte, no encontrará la felicidad que cree tener a su lado: El pánico a la soledad.

Inevitablemente, el odio hará su aparición. El dolor por no  estar con la persona que soñaba que era, hará mella en sí mismo/a por no respetarse no saliéndose del engaño. Ese sentimiento dañino lo exportará a su alrededor provocando su aislamiento del mundo y encerrándose más en ese otro submundo en el que está atrapado/a. El mayor dolor es el que lleva a odiarse a uno mismo/a.

En términos gramaticales, el amor sano es el  que se construye coordinadamente, jamás con subordinación porque equivaldría a  la dependencia de una de las partes hacia la otra alzándose como proposición principal cuyo nexo se regularía por unas circunstancias causales y consecutivas.

Salir de esta vorágine de despropósitos es posible, claro que sí. Abrir los ojos, ver la vida desde afuera, contemplar la libertad respirando tu voluntad de empezar de nuevo. Ya nada será como antes, el aprendizaje ha servido para aprobar tu asignatura pendiente: RESPETARTE.



Comentarios

  1. Imposible explicarlo mejor.
    Enhorabuena Moby.

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  2. El amor no puede crear miedos,dependencia y sobretodo no puede crear dolor.No siempre es fácil salir de esa situacion.No vemos la realidad y la relación te arrastra hasta lo más hondo.En algún momento abres los ojos y empiezas a valorarte y resetarte.Entonces estás en el buen camino.

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  3. Que lastima para algunos/as que esa asignatura no se explicará bien. Cuanta gente, no es que no se de cuenta, se sube al tobogán y se desliza sin encontrar nunca un rellano pensando que ni siquiera tiene derecho a buscarlo. Ojalá todos hicieran uso de su libertad y de su derecho de ser feliz. La mayoría, se termina conformando con lo que le tocó pq piensa que esa fue su lotería y solo podía jugar una vez

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