"TIRITRITRÁN TRAN TRAN"

 Estribillo a golpe de "ALEGRÍAS". Así es el gaditano, el auténtico gadita. Sí, es el que se sabe adaptar a los contratiempos llevando ese tiempo a su favor. Aquí no se piden favores, se regalan. Cádiz es muy grande en muy poco espacio. Todo está cerca de todas partes y, en cambio, se tarda en recorrerla. No puedes ir deprisa, aquí no existen. Prefieres, sin duda, oír las risas y pararte en cada una que convidan a reírte con ellas.

Alguien dijo que Cádiz es un museo por sí misma; todas sus calles son salas  con sus exposiciones al viento mostrando sus infinitas perspectivas.

Hubo un tiempo, que se alargó unos veinte años, donde un mandato de ordeno y mando y vara en mano, quiso "modernizar" lo intocable. Eso, aquí, es pecado y  de los feos. Nos "adornó" la ciudad con piezas muy extravagantes de dudoso arte.

A una joya trimilenaria, donde las fachadas se visten de piedra ostionera y sus esquinas llevan volantes con guardacantones rescatados de navíos centenarios..., es delito la pretensión de que convivan con un arte abstracto y abstraído por no sé qué diseñador que, sin duda, no conocía la esencia gaditana.

A mi regreso, hace ya unos benditos años, me sorprendieron, para mal, estas sofisticadas malas artes, estos despropósitos decorativos (a la par que inútil, nada estéticos y, para más inri, de un coste tan elevado y excesivo como para dejar las arcas municipales en la ruina.).

 De entre todos esos esperpentos,  llamaron mi atención sobremanera, dos masacotes de acero colocados, separadamente, en cada una de las entradas del puerto comercial (muelle para los gaditas).

Poco tardaron en ser bautizados por el pueblo, ante la incomprensión generalizadas de qué representaban, para qué servían...

Enseguida, se les empezó a reconocer como: " QUECO y QUECA", lo que traducido resulta ¿QUÉCOño y QUÉCArajo" es esto?.

Años después, siguen, están ahí; nadie supo nunca el porqué de esas presencias; creo que ni quién las encargó, ni su diseñador, lo supieron nunca.

Suelen ser puntos de encuentro para la gente o para sentarse en ellos. "PA´ LO QUE HAN QUEDAO..."