"CON LA TORRIJA ENCIMA"
De las tradiciones, solo me quedo con su dulce sabor, aquello que se disfruta en familia y con muchos amigos. Endulzar la vida propia y ajena, desquitando al mundo del amargor que envuelve lo que no queremos pero, que es y sin posibilidad de negación, es mi propósito de vida cuando ella nos puede ganar o, al menos, lo intenta. Los sinsabores se pueden adornar y tomarlos bañados en dulzura, compañía y mucho amor; el gusto por seguir renace porque merece la pena, una pena que deja de ser de prisión si tienes la posibilidad de hacerlo en libertad, toda la que la vida te va a permitir, pero que, siempre será mucho mejor, si va arropada de poesía.
La vida es lo que es, pero su color y su sabor los ponemos a nuestro gusto; cuando consigues el matiz y la textura que necesitas, todo es mucho más fácil; no miras detrás de ellos, ¿para qué?.
Esta madrugada, he prorrogado mis dulces sueños hasta verlos y tocarlos. Ha sido hermoso cómo, a partir de unos elementos primarios, sencillos, sin pedigrí, se han puesto todos ellos de acuerdo para que siguiera soñando; se han reunido, previamente, en su sala de juntas y, con la claridad que salieron de ella, fue suficiente para regalarme a mí y a mis cercanos, una bonita mañana de domingo: DULCES TORRIJAS, ENCIMA DE MI VIDA.
Ayer probé mi primer trozo de torrija y estaba deliciosa bañada en miel y como las que hacía mi mamá. Ella era experta en torrijas y ahora lo soy yo (lo intento).
ResponderEliminarMi gran suerte es que mi mamá y hermanas las disfrutamos en familia durante una breve, pero intensa y agradable visita!!
A endulzar las vidas, querida Moby!!!
Sí, siempre, querida Patri.
EliminarEstar para endulzar la vida de los que nos rodean es un gran propósito, literal y metaforicamente!!
ResponderEliminarDesterrar lo amargo, sí.
EliminarNo permitamos nunca que nos roben la dulzura .
ResponderEliminarEs para lo que sirven los azúcares añadidos...
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