"LA INSEGURIDAD DE LOS SEGUROS..., SEGURAMENTE"

 

Desde que compras una vivienda, ya sea por imposición del banco si está hipotecada o porque la quieres tener protegida ante todo y todos, contratas una póliza de seguros. Te quedas muy tranquilo sabiendo que tu casa y tú dormís a prueba de cacos y de otros peligros. Quizás, eso era así hace muchos años, pero hoy, no.

Has de llamar a un número 902 (si es fin de semana), tardan en responderte y atenderte lo suficiente para que esa comunicación te cueste, al menos, 30 euros (gran parte va a la misma empresa...). Se ponen en contacto contigo otra entidad (si has obtenido el visto bueno previamente, no siempre es así...) y te da una cita para acudir a tu domicilio. La mayoría de las veces, no atinan con la avería y te dicen que esa parte ya no la cubren ellos. Otras, que es la comunidad la que se tiene que hacer cargo del problema y, en algunas ocasiones, que solo te cubren el desplazamiento y que su trabajo se cobrará por las horas trabajadas a precios desorbitados.

La entidad aseguradora te informa de  que tienes derecho a seis horas anuales, repartidas en dos sesiones de tres horas, para trabajos de bricolaje. Si no lo acaban en ese tiempo, empiezan a contar como extra lo restante hasta terminar y, de nuevo, a uno o dos ojos de la cara. Siempre viene uno solo para esta faena, lo que le imposibilita hacerlo bien ya que, la mayoría de las veces, se necesitan dos, o uno si es hábil, es decir, siempre dos. No son profesionales, sino personas contratadas a lo Pepe Gotera y Otilio con las cualidades de los dos en uno solo...

La última vez que lo solicité fue para colocar unas baldas. Era algo sencillo, pero para esa persona, no. De entrada, me pidió mi escalera para no cargar con la suya y, él que estaba cargadito en kilos, me la destrozó. Hubo que comprar otra, vale. El tiempo pasaba y las baldas no subían, seguían en el suelo esperando. Pasaron volando las tres horas y solo había dejado un par de enganches en la pared (eran tres por cada una...), al poner por fin el tercero, dijo que eso no se podía colocar y que se iba. Llamé tanto a la empresa soloséquenosénada y, efectivamente, no supo nada. El seguro me respondió que el tiempo estaba agotado por hoy, que solicitara el siguiente pack de las otras tres horas... En fin, tuve que llamar a otra persona, por mi cuenta, para que terminara el trabajo: colocar las baldas, tapar boquetes mal hechos y pintar todos los estropicios de su antecesor. En mayo, me volverán a cobrar la cuota anual de más de 500 euros. Si le doy de baja, subirá otra que me hará lo mismo pero con otro nombre. Si te quedas sin ninguno, por ley de Murphy, seguro que necesitarás esa inseguridad que te proporciona ese seguro de nada. En fin, que   lo único seguro en esta vida es...NADA; está claro.