"LOS DESCOLORIDOS, LOS DESNUDOS..."


 Que hay días negros, grises y, para Luz Casal, marrones es algo ya comentado, no es novedoso. Pero,       ¿ qué hay de los que se denominan NUDES?;  acabo de catalogar con ese color, a todas aquellas veinticuatro horas que están pero no son, días tontos que no tuvieron más vida que las que marcó el reloj. El color nude es aquel, aparentemente invisible, que simula el tono de la piel y no hay nada destacable cuando lo llevas encima ni debajo. Es una manera de pasar desapercibido sin que te vean pero, sí, mirando tú a los demás.

Es, claramente,  un color desnudo, sin gracia ni palabras porque no aporta nada a nadie. No es amargo ni triste, es solo vacío. No, no están prefijados en ningún calendario desde el 1 de enero; nadie sabe cuándo ocurrirá pero, no cabe duda de que lo habrá. 

La rutina, el aburrimiento, el no pasar  a pesar de que estén pasando, la repetición de la nada o, incluso, de lo mucho; observar desde tu ventana cómo se mueve el mundo sin saber a dónde va porque va pero no lo piensa, solo se limita a ir y a volver por el mismo camino, sin más. 

La gente dice que esa es la normalidad, no hay sobresaltos, no cree que sean peligrosos porque no ha pasado nada destacable para tenerles miedo. Es un día más, si, pero, también, un día menos, desperdiciado, sin vida, sin marcas, sin nombre ni apellido para el recuerdo o para recordarlo y no repetirlo. Darnos cuenta de que la vida pasa con o sin color, a ella le da igual; el peligro es que nos mimeticemos con ella y nos limitemos a verlos solo desde ese mirador de nuestros ojos sin hacer nada para cambiarlos. 

Estos últimos años nos han alterado nuestra tranquilidad aburrida: la pandemia, la guerra, la inflación, el paro, la crisis, el volcán canario..., se  tiñeron de negro durante unos días, meses y años. Tantas tragedias en tan poco tiempo, intensas, preocupantes, motivos de contenidos contra lo cotidiano, angustia por no saber cuándo retornarán los días iguales, aquellos donde la desnudez destiñe el negro que, según me enseñaron, no es un color, solo la ausencia de él. 

No, no hemos aprendido de lo que pasó, no sirvieron de nada esas gafas de realidad con las que vernos por dentro e intentar cambiar la monotonía de dejar la vida pasar, sin más. 

Volvieron las ferias, las fiestas, la jarana y sus posteriores resacas vestidas de nudes. Y que no cambien, oí decir: "virgencita, que me quede como estoy..."


Comentarios

  1. Así es!! Animales de costumbres, vuelta al ruedo, r que r, que si no hay rutina ni días nudes........ que no sabemos vivir

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  2. Muy bien, Moby!!
    Tú sí que vales!!

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