"ALMA MATER, MATER NOSTRA. FELIX MATRES DIES"

 

Se tiene la creencia, desde el nacimiento de las lenguas, de que los géneros en las palabras que no poseían sexo explícito, como las  personas o animales,  se les fueran adjudicando en función de lo que provenía de la naturaleza (femenino) y de lo que se creaba a posteriori de ya estar el mundo creado (masculino).

Discutible o no esta anciana teoría, de lo que no hay duda es de que el único planeta del sistema solar que goza de feminidad es el nuestro, LA MADRE TIERRA. Ella engloba la creación, el principio del todo; ella nos protege, nos alimenta, nos acoge y nos ama. Decían que una madre es para cien hijos, pero que cien hijos no lo son para una madre. Así es, Ella nos da todo lo que tiene y se reproduce en sí misma buscando el pan de cada día para que no nos falte en la mesa. Pocos son los agradecidos, desde su lejano origen, que le han devuelto todo lo que nos da; vamos a su casa, le vaciamos la despensa, no devolvemos sus fiambreras olvidadas en cualquier sitio que no le corresponde, ensuciamos lo que se nos da impoluto, gastamos sus ahorros malgastándolos hasta ver el fondo cansado y vacío. Es en ese momento, cuando  se agotan sus recursos,  en el que  nos empieza a preocupar qué será de nosotros sin ELLA. 

La madre es la vida, el origen de todo, nunca pudo nacer de costilla alguna; ella crea la vida, nunca se la dan hecha. Ser madre es un derecho y una opción. Ejercerlo es un deber, sí, pero sin anular todos sus derechos. Hay que buscar el equilibrio entre el dar y el recibir. El sentimiento materno-filial se completa cuando los hijos devuelven el amor en el mismo grado en que lo recibieron de ELLA. Que haya esa compensación o no de parte de los nacidos le corresponde a cada cual; reflexionar sobre lo que  le ha devuelto o le queda pendiente es su deber. Una madre no cobra ni pide los intereses por esos impagos, pero la vida sí. Esta no te los perdona y, más tarde que pronto, te los reclamará a través de los hijos que pariste al sentir cómo fue amada su abuela, porque no se aprende a ser hijo/a hasta que te conviertes en madre. No dejemos cuentas pendientes para cuando nos llegue la orfandad.

                                             ¡FELIX MATER DIES!


 

Comentarios

  1. Excelente y emocionante, Moby!!

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  2. Ojú Manoli, que bien lo describes!!! Precioso y verdadd verdadera

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  3. Me ha emocionado tanto......te puedes imaginar 😢

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  4. Mejor explicado, imposible!!!
    😘😘

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