"CUENTOS ARRIMADOS A LA ABUELA: DADA Y EL HADA DE LOS PASOS MÁGICOS"


Dada aún no caminaba por el mundo; deseaba hacerlo, correr, saltar y, quizás, volar cuando le apeteciera. Sus pies se estaban preparando para ese gran momento que no tardaría en llegar.

El día que nació, a su lado y al de su mamá, la que hasta entonces era conocida como la *TITA CARMELA por ser parte fundamental de la familia, se transformó en un ser mágico, capaz de otorgarle el  gran poder de cumplir esos sueños de andar por la vida con seguridad y fortaleza. Ella resultó ser la admirada HADA DE LOS PASOS MÁGICOS. Su fama se extendía más allá de cualquier frontera conocida o no. Todos acudían a ella para buscar esa magia que solo su sapiencia y experiencia poseían. Como toda hada que se precie, vino a darle a su querida niña el don de esos pasos llenos de vida, fuerza y de magia para que anduviera feliz en sus aventuras y juegos para siempre. 

Cuando sacó de la nada su varita encantada, se acercó a los diminutos piecitos de Dada y los fue acariciando con todo su amor y habilidad que emanaban de su larga carrera desempeñando esa maravillosa labor. Sus pies sonreían por las cosquillas que le provocaban ese roce al contacto con la mágica varita y empezaron a jugar en el aire con la alegría de saberse poseedores del gran regalo que suponía chutar una pelota o un balón; pasear o recorrer caminos andando o en su triciclo o en su bici; escalar hasta el mueble de las chuches escondidas en el lugar más alto de la cocina; bailar bonitas melodías que surgieran en su cabecita o en sus oídos; saltar cada día más alto para llegar a las nubes y recorrerlas en sus sueños y hacerlos realidad al despertarse. El mundo estaba al alcance de sus pies. El hada sonrió satisfecha y, muy emocionada, le dijo a su querida Dada: siempre estaré a tu lado, querida ahijada, soy tu hada madrina y velaré de cerca tus pasos y tus caminos; no te preocupes si tropiezas y caes alguna vez, yo te ayudaré a levantarte y curaré tus pies para que sigas adelante. 



De pronto, una nube blanca la envolvió y reapareció nuestra querida tita Carmela; siempre tan cerca, siempre tan grande.



*CARMEN PÁRRAGA FUENTES, LA MEJOR PODÓLOGA GRACIAS A SU BUEN HACER PROFESIONAL Y AL AMOR CON QUE LO ENVUELVE.

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