" FANTASMAS Y DESALMADOS"

 

El terror es el protagonista de estos días; se busca el miedo para sentirlo y sufrir con él.! Qué ingenuos!. El horror del sufrimiento se padece, en muchos hogares y fuera de él, durante todo el año. 

Hay seres que nacen no para ser personas, sino  fantasmas. Sobreviven en el submundo donde el alma no les acompaña, o bien la perdieron, la malvendieron o, simplemente, nacieron sin ella. De entrada, no tienen vida propia, solo vagan por el mundo para robar de lo que carecen y no tienen escrúpulos para estafar, engañar, y apropiarse del corazón ajeno. Como todo ladrón que se precie y no se desprecie, se alimenta del sufrimiento que ocasiona al cercano; es su principal entrada energética para seguir con su mala praxis. Es un chupóptero de la humanidad, inhumano y deshumanizado porque no siente dolor por ninguna de sus víctimas. Las utiliza, juega con ellas para su regocijo e intereses hasta desgastarlas y, posteriormente, tirarlas al contenedor de la basura cuando ya no son reciclables. 

No se les cuestiona su inteligencia mental, sino la emocional que jamás la pondrán en práctica. Su objetivo es desangrar a sus víctimas hasta el agotamiento vital y mental pasando a convertirlas en zombis: muertos en vida y sin vida para morir.

Su metodología se basa "en hacer la luz de gas" en donde, poco a poco, su presa creerá haber perdido la razón y se irá sintiendo cada vez más ciega por no ver al verdadero culpable y creerse que es su supuesta locura la que le está llevando hacia esa oscuridad.

Su talón de Aquiles es, sin duda, la cobardía. Jamás admitirá su culpa y, para salir o intentar salir indemne, traspasa sus delitos, como efecto rebote, al que está enfrente o, incluso, a su lado, para escapar.

Sus  mentiras, compulsivas, son su propia trampa por su ausencia de memoria histórica que les impide  la reconstrucción de sus acciones. Jamás admitirá un error, su soberbia le impide verse a sí mismo. Darle la vuelta a la realidad es su única arma para defenderse al ser descubierto. Su cobardía para afrontar la única realidad existente, es decir, la verdad, le hará esconderse tras grandes muros que lo protejan de los que lo desenmascaran. Se crean nuevas vidas para empezar de nuevo a trabajar en lo único que saben: destruir.

Estos encantadores de serpientes donde las fronteras entre la maldad-enfermedad es difícil delimitar, son los diagnosticados psicópatas, si se les califica como enfermos o, bien, desalmados si carecen de alma por solo poseerles la maldad.

El arma más poderosa de autodefensa para la víctima es no perder la seguridad de uno mismo. Defender sus principios y valores frente a esos seres tan peligrosos por su invisibilidad inicial y que no se dejan ver hasta, al menos, cuando la destrucción ya es visible para quien la ha sufrido.

Son seres sin amor, ni para dar ni para recibir. Su objetivo es la apropiación de las voluntades con el fin de conseguir su objetivo: la aniquilación.

Si aparecen, no os paréis para devolverles el saludo; dejadlos seguir su camino. Al fin y al cabo, solo son fantasmas, no tienen almas,  no tienen vida.