"¿DEMASIADAS ZAMBOMBAS Y PANDERETAS?"


La expresión "el día después" aunque muy usada, es incorrecta, falta la preposición de: "el día después de" sí. Mejor utilizar "al día siguiente". En cualquier caso, ambas entrañan qué pasa cuando todo termina, vuelve la normalidad, el día a día, la vida sin guirnaldas, luces apagadas, y se anulan las tan deseadas felicitaciones por doquier?. Llega, simplemente, la realidad, la vida que cada uno respira el resto del año: soledades, falta de atenciones, ausencias de palabras y saludos y buenos deseos para los 360 que nos quedan por delante. Y lo más irónico, también quedan para el recuerdo o no, esas "espléndidas exhibiciones consistoriales" donde el que haya gastado más es el mejor que el de la ciudad de al lado o de arriba o abajo. 

La navidad, en su origen, de carácter religioso, se ha paganizado, es obvio, y esto debería hacerla más sana si llegara a todo el mundo, es decir, que ese tan conocido "espíritu navideño" llegara para quedarse y mejorar situaciones y condiciones de los humanos.

Dicen que todo se hace por los niños, por su ilusión, por su inocencia..., que las cabalgatas son para ellos por la magia que desprenden y que les hace soñar un poco más que el mundo es mágico esos días o esa noche.

Ahí vienen las primeras contradicciones: cómo es posible que los mayores hablen, es su presencia, de lo mal o lo bien que lo han hecho el alcalde o el concejal en cuestión y el porqué no han gastado (= derrochado) más dinero para que brillara más y mejor. 

Me dicen que existen ciudades en las que los vecinos censados pagan y pugnan por participar en esas demostraciones navideñas por el mero hecho de su propia diversión ¿ah, y los niños, no eran por y para ellos? 

Hoy, 8 de enero, es el día previo a volver a la realidad de lo que somos y tenemos; mañana, quizás, aún se felicite el nuevo año a los que no  se han visto durante estas fechas y se comenten los regalos, las comidas, las fiestas y demás durante los minutos del desayuno. A la hora de la salida, todo habrá quedado en el pasado. Y solo tendrán en sus mentes qué cocinar mañana; me llegará a fin de mes lo que me queda en la cuenta; hay que ir a recoger a los niños, a ver si se duermen pronto y antes recogen todos esos juguetes que están por medio y que, en unos días guardaré en el trastero.

Somos así, reventamos esas "zambombas y panderetas" hasta la extenuación, y estas, agotadas, huyen para escapar del uso y ruidos excesivos que desprenden como fondo, muy fondo, quedando relegadas  a la nada por los cantes y gritos que siempre las superan.


Vayámonos todos a dormir, que ya se acabó la fiesta y vuelve el mundo a sus miserias o a sus riquezas y que cada uno es cada cual: Los pobres al portal y los ricos, al rosal.

(Parafraseando palabras de Serrat)

Comentarios

  1. Qué verdad tan grande!!Me quedo con las caritas de los niños ilusionados...
    Felicidades querida Mobi!!

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  2. Anónimo8/1/23, 9:38

    El exministro Bernat Soria consiguió bajar la sal del pan en España una cuarta parte. Lo hizo poco a poco y nadie lo notó. Asi habria que ir bajando los excesos de la Navidad.

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    1. Sí, hemos sobrepasado todos los límites de la razón. Gracias, Anónimo.

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  3. Una parte de ella se basa en la competición y el consumismo.

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  4. Y mucho del resto de la otra parte también. En fin, empezamos enero de verdad...

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