"I.D.A. ESTÁ DE VUELTA"

 

Hace unos meses, pocos, me refería a este esperpento con sus iniciales; hoy, llamaremos a las cosas por su nombre: ISABEL DÍAZ AYUSO. Nombrarla es citar la locura, el malhacer, la maldad, el egoísmo, el caciquismo, el liderazgo engañoso, panderetas que callan sus ruidos, la inutilidad para los desfavorecidos, el servilismo a los que favorece a cambio de su trono e infinitos cargos que se descargan en su contra.

Si fuera un ser aislado en ese mundo que ella misma se ha creado no sería tan peligroso. Lo más esperpéntico es la ceguera de los que la apoyan y que no pertenecen a su círculo mafioso y que, por ende, no obtendrán ninguna recompensa a cambio de su voto. La aclaman porque la ven simpática, graciosilla, abanderada de los bares y copas con nocturnidad y alevosía. La creen valiente por enfrentarse al gobierno nacional, y se cree una heroína que defiende a capa y espada los derechos de los que van en contra de la ley seca. Todo está nublado en esta pesadilla, los malos pasan a ser los fuertes gracias a esa nata espesa que cubre la verdadera situación de lo que está pasando. 

Por citar algunas de sus fechorías: las residencias de ancianos abandonadas a la muerte durante la pandemia, niños alimentados con la comida basura de una empresa afín a ese poder de poder hacer y deshacer a su antojo; sanitarios aclamados a las 8 de la tarde y silenciados a las 8 de la mañana en la calle por no renovarse sus contratos. La sanidad pública madrileña está herida y no puede ingresar en hospitales porque todo el poder está gangrenando en esa comunidad. Regala a su antojo terrenos públicos a empresas privadas rematando la muerte de lo que es de todos y no de ella y sus secuaces.

Cierto es que las zonas con eternos privilegios siempre defenderán al que se los mantenga. Lo grave, lo realmente grave está en los trabajadores mileuristas, o ni tan siquiera eso, la protejan, la mimen, la defiendan porque, según ellos, les va bien... Creo que lo único que les podría acercar a ese personaje es la ignorancia de esa realidad, tan real y palpable. Es necesario que desaparezcan los antifaces que ocultan la verdad y esconden sus conciencias para seguir con sus miserias y felices.

Vienen elecciones, están muy cercas. Y cerca debe estar también la reflexión de lo que pasa y por qué. Seamos adultos, no se trata de lo que es, supuestamente, bueno para mí. Vayamos más allá de mirarnos el ombligo y miremos hacia ese horizonte cercano en el que nuestro vecino aguarda en las colas del hambre negadas por ese poder manifestante de que la pobreza no existe en su comunidad.