"RE-FLEXIONAR: ACTOS Y CONSECUENCIAS"

 

Hacer re-flexiones no significa sólo el acto de jugar con el cuerpo doblándolo varias veces para estar en forma. Otra de sus acepciones, la menos trabajada, es hacerlo con la mente. La consecución de esa flexibilidad consiste en contrastar varios pensamientos con el objetivo de encontrar lo mejor para la humanidad y todo lo que la rodea. El individuo es uno más entre ese colectivo, no el centro de él. Si buscas lo mejor de ti que sea para propagarlo, donarlo y hacerlo común al universo donde habitamos. 

Respirar limpiamente no depende sólo de tus sanos pulmones, sino de crear ambientes saludables, destruyendo la toxicidad que nos mata y alimentando el oxígeno que nos mantiene vivos.

Vivir es mucho más que ver pasar las horas desde tu balcón y desde tu seguridad de estar a salvo entre tus paredes. No es observar lo que les pasa a los demás resguardado en tu torre de cristal a sabiendas de que no están protegidos por carecer de las medidas que tú tomas.

Vivir y no morir, no sólo lo disfruta o lo sufre tu propio cuerpo. Vivir, malvivir, sobrevivir y morir son actos normales por la anormalidad de nuestra ceguera de negarse a ver  aquello que no nos interesa fuera de nuestro centro de control. 

Si yo como, bebo, soy dueño de mi cama, de los ladrillos que me escudan, de las telas que me cubren no es sinónimo de normalidad, sino de mi propiedad. Pero, no pretendamos que el mundo se mueve siguiendo mis patrones de que todo está bien por estarlo para mí.

Reflexionar es mirar con la mente, más allá de la evidencia externa y palpable. Unir sumando cada uno de esos pensamientos cóncavos y convexos y sacar conclusiones limpias y constructivas más allá de mi mismo.

Hagamos público lo que es de todos, lo que no es propiedad particular por ser patrimonio de la comunidad a la que todos pertenecemos y a la que todos tenemos derecho. Tu casa es tuya o no, depende de que la tengas, la mantengas, la alquiles, la compres o la compartas podrás gritar a los cuatro vientos que eres propietario, inquilino, realquilado o acogido. El derecho de la vivienda digna está recogido en la Constitución, debemos reclamarlo como base de nuestra dignidad de seres vivos. Porque los seres irracionales también se cobijan en sus guaridas y ejercen sus derechos de supervivencia.

 Necesitamos un techo privado y un suelo  común para todos. Un pavimento donde podamos pisar con la seguridad de que esas losas son tan tuyas como mías, una propiedad que nos cubre sin pólizas particulares que diferencian a unos de otros según según niveles de bolsillos más o menos abultados o agujereados.

Los dos pilares de la humanidad, la educación y la sanidad, no pueden ser exclusivos por ser privados. Sin aprendizaje ni salud no hay garantías de supervivencia para los humanos. Sólo en el mundo animal seguiría la vida y su normalidad porque, quizás, son los más inteligentes y generosos del planeta.

"El pensador sabe considerar las cosas más sencillas de lo que son".

Nietzsche