"MICRORRELATO: DE LO QUE EL VIENTO SE OLVIDÓ"

 

Los unió el balón del patio en recreos infantiles con bocadillos de mucho pan y poco más; pandilla de primeros amores y confidencias que guardaban en su única taquilla de la que carecían pero suficiente para resguardar secretos y sueños. Ambos buscaban la fortuna que les sacara de aquel barrio desesperanzado que los acunó puerta con puerta. Con toda la vida a sus pies, salieron orgullosos de que retornarían con sacos repletos de esas riquezas que desterrarían  las miserias de cada vecino, de cada casa , de cada calle...

Se juraron fidelidad, lealtad y compromiso de ayuda mutua con un abrazo; sobraban las palabras. Uno, buscó su vida pero sólo halló fracaso; la ruina lo perseguía y lo encontró; al Otro, se le apegó la fortuna  y de ella despertaron aquellos sueños sobrados de oro donde los bancos parecían quedarse pequeños para almacenar tanto.

El Uno buscó al Otro, lo encontró nadando en bañeras doradas, le pidió lo que ya no tenía, sus sueños, que acabaron en papeles apilados en su buzón de facturas embargadoras. El Otro le prometió ayuda inmediata; el Uno empezaba a respirar, no pretendía riquezas como aquel, tan sólo deshacerse de esa ruina devolviendo lo debido. Pasaron semanas, tantas que cambiaron a meses..., el Uno, desesperado, reclamó esa promesa del Otro viendo que nada había recibido. Frente a frente, el Uno lo expresó desde la angustia que lo invadía; el Otro no tardó en responderle: "ya te presté mi ayuda, debes estar agradecido y en paz, no hay un sólo día que no haya rezado por ti".



Comentarios

  1. Qué bonito!!
    Un final inesperado!
    Besos, querida Moby!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como dice el refrán: "mucho te quiero perrito, pero pan poquito..." Besos, Patri.

      Eliminar
  2. Se olvidó aquello de " A Dios rogando y con el mazo dando".
    (Nicasia)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario