"PLATAFORMAS ¿IN STREAMING?..."
En los setenta, llegó a mí como la manera más fácil de doblarme tobillos o, directamente, el cuerpo y darme uno o varios batacazos bien disimulados aunque te dolieran hasta las pestañas. Se trataba de calzar unos zapatos con una suela a la altura de los rascacielos neoyorquinos; pretendías ser más alta pero te derrumbabas pronto y hecha un lío de huesos en las aceras o dónde cayera...Esas plataformas nunca cumplieron su cometido de llegar muy alto en mi vida, está claro.
Muchas décadas después, se utiliza como sinónimo de subir también, pero no tu cuerpo, sino a una pantalla. Tardé lo mío en comprenderlo. Cambié mi tele por una moderna, de las que esas trepas deciden que quieren entrar. Ya tenía los medios, en efecto, sólo la mitad. A ver cómo, qué, cuándo, dónde saldrían esas películas que prometían... Tuvimos nuestros más y nuestros menos durante una buena temporada, tantas como tienen las series, pero no me rendí (bueno, a veces, sí, un poco...); seguí rastreando y, un buen día, apareció mi hada madrina y me dejó pedirle tres deseos, no lo dudé: NETFLIX, HBO Y PRIME VIDEO. ¡¡¡Concedidos!!!. Los vi, pero ¡qué poco dura la alegría en casa del pobre! Esa buena señora se fue por dónde había venido y no dejó ni rastro ni un triste libro de instrucciones; un hada low cost, pensé. Y, ahora, sola ante esas y yo, a ver quién ganaba la partida, no había otra; me derrotaron varias veces, eran tres contra una. Poco a poco, vi que el secreto estaba en el mando, era el que dirigía ese mundo tan oscuro y complicado; en un despiste de ellas, me hice con él y lo guardé en mi cartuchera hasta que llegara el momento de desenfundarlo por sorpresa. Y, ¡milagro! sonó la flauta por casualidad y vi Netflix, otro día, HBO, hasta conseguir el Prime. Me dije, qué orgullosa estoy de ti!. Creía haber conquistado ese mundo nuevo hasta que oí de buenas fuentes, que no sé qué serie con muy buena pinta en otro sitio llamado DISNEY...y me dije, ya lo verá mi nieta cuando crezca un poco, qué ingenua; también era apta para mayores de edad, incluso, para los muy mayores... Desde mi absoluta ignorancia y humildad, llamé para que me explicaran los pasos e instalarlo y, si era posible, verlo. No me extenderé, el asistente que me atendió creo que aún sigue de baja por no sé qué alteración nerviosa o algo así. Horas, muchas, más tarde, ese canalillo picarón estaba en escena. Todo controlado..., o no, pues, no. Apareció otra, la primera y la más primaria, la RTVE play plus, normal, era la más complicada: veía las series primitivas, las de mis tiempos, qué nostalgia, me dije; pero al día siguiente, la añoranza creció, no me guardaba ni el capítulo ni dónde lo dejé pendiente para continuar. De vuelta a la batalla, la vi tan complicada que, finalmente, opté por el método más seguro: anotar en un papel número de capítulo y de tiempo en los que se durmieron; no obstante, y no teniendo demasiada confianza en el mañana, también el nombre de la serie.
Poco después, oí por esos mundos que lo mejor es verlo "IN STREAMING", y una, que no sabe nada de inglés, lo traduje, con ¿mucho acierto?, sería in extremis, a lo que ya me dije: eso para los más jóvenes pensando que era un juego de las plays esas. Mejor no cuento cómo se partían los que escucharon mi interpretación sobre esto último.
En fin, voy a investigar cuál de mis hermanos conserva el cine EXIN y me lo traigo para mi casa.
Yo también tengo que anotar serie y capítulos por los que voy 😅
ResponderEliminarQué alegría me das, querida Aurora. Muchos besos.
EliminarPues acaba de terminar la huelga de guionistas. Ahí lo dejo.
Eliminar(Nicasia)
Qué estrés, hija...!!!
EliminarYo prefiero ver una película.
ResponderEliminarCon las series me estreso y siempre quiero ver un capítulo más hasta que se me cierran los ojos.
Un abrazo querida Moby.
Muchos besos, querida Patri!
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