"CIEN AÑOS ATRÁS..."
Como decía Eugenio D´ors, la historia es un péndulo con un vaivén imparable. La culpa no es del reloj que lo sostiene sino de los que no permiten que salga de ese compás repetitivo que señala los regresos a ese ayer desmemoriado, sin conciencia de esos recuerdos olvidados, dejando un vacío estremecedor propicio de rellenos muy peligrosos.
En los locos años 20 de siglo pasado, el ambiente europeo respiraba la inconsciencia de la tremenda primera guerra y miraba hacia ninguna parte buscando sanarse, en esa ceguera, del dolor sufrido. En esa calma aparente, los perdedores se armaban en busca de la revancha de esa derrota. No se quedaron impasibles. De poco a poco y de puntillas primero, esas cabezas huecas, tan moldeables por cualquiera que les condujera sus pasos hacia alguna parte, fueron barro en manos de líderes que les soplaban vientos de riqueza, pureza y expansión para volver a esos tiempos gloriosos de tierras y privilegios.
Tiempos convulsos, revueltos Ese vaivén ya tenía su dirección a punto de llegar y no le temblaba el pulso. Fantoches, ávidos de poder y destrucción, se ganaron al pueblo, ese conjunto vacío de ideas, borregos a la voz de su amo. Europa perdió la razón, la sinrazón ganó aclamada por el pueblo en las urnas. Era tendencia y querían ser guiados por los que creyeron ser conductores de esa vida hueca, sin más razones que la de no tener que ir andando y con ese pastor que les daría prados verdes a los que no tuvieran manchas de herencias ancestrales.
Mientras, en España, neutral durante esa gran contienda, sí luchaba por cambios desde el pueblo oprimido por patronos que marcaban deberes para su bien y anulaban derechos para los otros, los de abajo. Y vinieron nuestros propios tiempos de lucha: dictadura de Primo Rivera, exilio de la monarquía, restauración de la república, golpe de estado, guerra civil, dictadura...y cuarenta años más tarde, la democracia y una extraña transición. Las urnas se despertaron y vinieron tiempos de libertad, movidas, cambios..., pero la flor del mal siguió plantada en ese jardín que no murió. Se fue regando en silencio por los gritos de rechazo de la gran mayoría que acogió los buenos vientos que nos llegaron.
Ese silencio no fue mudo, las malas hierbas fueron creciendo a la vista de nadie ocupando más espacios perdidos y deseosos de recuperarlos.
Y llegamos al día de hoy, y ya están aquí: Los Abascales, Le Pen, Melonis y demás son los fantasmas de ese pasado asesino y devastador. Estaban muertos. Pero, no son los culpables de su resurrección, es el pueblo, esa mayoría terrorífica, quien que ha elegido libremente que el mundo retorne a esa cueva. Lo ha hecho Europa, lo ha hecho Argentina y, si la justicia no lo remedia, lo hará Estados Unidos.
Lo peor, y como no puede ser de otra manera, es que la victoria, al menos en nuestro país, de esa derecha rancia es que la ha conseguido con mentiras, calumnias, corrupción, tapaderas judiciales. Todo vale en su guerra. Pero, lo más horrible es que esa mayoría que los ha apoyado les ha creído sin juicios personales sustentados por la sinrazón. Los Vallés, los Indas, las Ana Rosas, los Ferreras, los Herreras..., son los que escriben y propagan el catecismo y sus fieles cumplen sus preceptos con esa fe conveniente a la que hay que creer y no cuestionar.
Somos Europa, somos muchos aún para pensar y razonar y no entregarles las llaves de nuestra libertad a los que quieren hacerlo por la puerta de atrás. El mundo no cambia solo, lo hace la ciudadanía para bien o para mal. No lo olvidemos nunca.
¡Qué importante es la Educación!. ¿ qué espíritu crítico han desarrollado esos jóvenes que votan a la ultraderecha?
ResponderEliminar( Nicasia)
Critican sólo, sin espíritu, porque no lo tienen.
ResponderEliminarPués al gachó este de " se acabó la fiesta" no lo conocía yo. No tenía el mal gusto de conocerlo, pero al escuchar sus mensajes por esa boquita, verdaderamente veo que hay una porfía por ver quién es el más fascista de todos. Esto se ha ido ya de las manos. Miedo me da escuchar a algunos jóvenes
ResponderEliminarLos jóvenes están, en gran parte, envenenados por las redes e imagino que algo también, por lo que se respire en casa sobre todo esto...
ResponderEliminarNada surge de la nada. Tal vez los jóvenes y no tan jóvenes están cansados de tantas promesas incumplidas.
ResponderEliminarY así demuestran su pataleta???
ResponderEliminarQuien tenga un piso okupado y aún así siga pagándolo no lo llamaría pataleta.
ResponderEliminarY eso lo resolverán los pp, los vox o los de la fiesta terminada?
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