"EL HORMIGUERO Y OTROS HOTELES DE CUÑADOS"
Vaya de entrada que, por mi particular horario y falta de interés, hace muchos años que no veo esa cueva plagada de insectos adiestrados a la voz de ese amo que los acoge encantado porque sabe que el espectáculo está garantizado con sus intervenciones y contradicciones sin que él se despeine, tan sólo se atusa el flequillo (metáfora) buscando en su entrevista contenidos que den titulares con los que seguir nutriéndose días después y, por eso, llegan a mí.
Ayer, leí los comentarios de la que fue (ignoro si está en activo) una grande del cine, Victoria Abril. Busqué datos que me documentaran sus palabras y los encontré. Ya tenía fuentes de confirmación y, por eso, opino desde la seguridad de esa verdad. Ella se quejó de la falta de libertad de expresión en nuestro país porque todas las opiniones contrarias a lo permitido (siempre según ella...) se someten a críticas contra quién las emitió. A ver, ¿cómo se entiende que diga esto simultáneamente diciéndolo?. Si no hay libertad, tampoco existiría para sus propios comentarios, ¿no? Es una contradicción por sí misma. Ahora, le llueven las críticas porque también para los demás, existe esa libertad de opinión de la que ella ha hecho uso y sin acudir a esos hormigueros.
Es el nuevo mantra de los contrarios a la libertad: ¡Está prohibido opinar!. No, lo que se pretende es ir contra las mentiras, los falsos testimonios, las calumnias, los bulos, los juicios indocumentados, los ataques de tirar la piedra y esconder la mano..., es decir, lo que no esté respaldado por la verdad certificada y que se sustente sobre pilares transparentes y fuertes. Esto los descoloca, se pierden en las verdades, sólo nadan en las piscinas de los cuñados entre esas aguas turbias, sucias, estancadas cuyos olores rancios infectan los jardines limpios.
Y yo sigo por aquí, opinando libremente de temas que leo, veo y oigo. Me expongo a los comentarios de mis lectores, claro que sí. Podrán también rebatirme, criticar (desde el respeto siempre) por no compartir mi discurso y estarían en todo su derecho. Pero, nunca, reprocharme que he inventado o falseado lo dicho y, si alguna vez me ocurriera y demuestran errores o falsedades en mis textos, me limitaría a reconocerlos y a excusarme por ello.
OBSERVACIÓN: NO HE HECHO REFERENCIA ALGUNA RESPECTOA A QUE LOS INVITADOS A ESE PROGRAMA COBREN POR SU INTERVENCIÓN PORQUE NO EXISTEN DATOS QUE LO PRUEBEN Y CONFIRMEN.
Brillante. Un servidor, el More, dejó de ver semejante circo hace mucho. A deshacer bulos también me he dedicado, pero esos, a mí parecer, no son bulos (inocentes) son mentiras (mafiosas). 😇
ResponderEliminarMentir es gratis para demasiada gente. Habrá que ir cobrándole sus deudas...
ResponderEliminarHace años que no veo el hormiguero. Cuando empezó hace muchos años era un programa divertido pero degeneró en otro siervo más de derechona.
ResponderEliminarMe gustaba la parte en que hacían experimentos y resultaba didáctico; ahora se desaprende viéndolo...
EliminarYo tampoco veo ya el Hormiguero ni AR ni muchísimas cosas más para así cuidar de mi salud mental
EliminarUn libro, el mejor compañero, sin duda.
EliminarQué pena de presentador! A mí me caía bien antes, cuando lo escuchaba yendo al trabajo. Ahora ,por dinero, blanquea al mismísimo Díablo.
ResponderEliminar( Nicasia)