"SOMOS EUROPEOS, NO LO OLVIDEMOS"
Era un bonito sueño primero, una necesidad imperiosa después. Sólo podíamos tocarlo de refilón los meses de mayo en lo que participábamos en ese festival de la canción, el triunfo de Massiel llegó como una voz que nos mencionaba más allá de los Pirineos, allá donde se podía ver cine prohibido, escuchar alguna palabra en francés y, más al norte, encontrar puestos de trabajo de bonnes (criadas para nuestras mujeres) y subiendo, otros de empleados en la construcción o en fábricas para ellos.
Éramos los parientes pobres, muy pobres de ese continente tan avanzado tan en el mundo y tan aventajado respecto a lo que vivíamos aquí. Un país tan atrasado, tan cerrado al mundo en cuya frontera acababa y nos quedábamos en tierra de nadie porque sólo era de uno.
Ya, en tiempos de democracia, diez años después de la salida de ese ostracismo al que nos exiliaron, logramos entrar en ese grupo que nos igualaría en derechos y oportunidades al resto de los países integrantes. Ya éramos europeos. Nuestras mentes se fueron abriendo y adaptando y las caras de asombro y estupor con ellas. Las suecas dejaron de ser objetos de deseo y los pepito piscina se jubilaron.
A punto de cumplirse cuatro décadas, hemos conocido cambios en la moneda que nos igualó en billetes y en calderilla al menos, intercambios de estudiantes con Erasmus (antes, sólo al alcance de muchas pesetas...) y, entre otros, la protección de nuestra ampliada comunidad que ha de vigilar derechos y deberes de sus componentes y que estos se cumplan bajo las leyes establecidas y los políticos elegidos en las urnas.
No es la panacea, no todo es una balsa de aceite, de acuerdo. Siempre nos ha salvado la democracia, el derecho a ser oídos y a pedir ayuda desde la igualdad que nos ampara y nos defiende. Se nos concede y hay que devolverla porque todo ha de ser de todos y no hay regalos, son préstamos.
Este domingo 9 de junio. TODO PUEDE CAMBIAR, hay un peligro inminente de que ocurra. Viejas corrientes han renacido en ese río que puede desembocar en un mar oscuro y tenebroso. La democracia está en peligro si no se controlan esas aguas fecales que nos pueden envenenar porque todos habremos de beber de ellas si eso ocurriera. Mentiras, calumnias personales, derechazos golpean dentro y fuera de ese ring peligrosamente diestro desde esa extrema y rancia ideología que nos devuelva a la prehistoria y a esas cavernas donde las sombras de la libertad no se proyectan porque sólo serían recuerdos.
No nos encomendemos a dioses, beatos ni a santos para detenerlo. Está en nuestras manos, esa mano que introducirá su voto en esa urna hasta hoy transparente pero, que puede teñirse de oscura y desaparecer pasados cuatro años, dejarnos sin voz ni voto en ese futuro incierto hoy y que tanto nos amenaza con las bravuconadas de aquellos que pretenden hacerse con el viejo continente hasta silenciarlo.
Que las trampas sucias de estos últimos días no nos engañen. Es un juego sucio, es un bloque de mentiras fácilmente detectable. Demostremos que estamos por encima de calumnias sin respaldo con mucha maldad.
No permitamos dar pasos atrás, no regalemos nuestras tierras a los señoritos para que campen en ellas a sus anchas dejándonos un mundo estrecho en que los límites nos vengan ya marcados.
Si algo es incuestionable en la vida, sin duda, es la LIBERTAD.
¡Ni un paso atrás!
ResponderEliminar( Nicasia)
Por mi parte, la democracia seguirá teniendo mi apoyo.
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