"UNA PROPUESTA INDECENTE"
El calor de la mañana era espeso, irrespirable y se preveía que traería algún aire indeseable. La tienda a la que me dirigía sudaba aún más. No era mi primera visita ni será la última. Varios esperábamos el turno marcado por orden de llegada. Uno de ellos no soportaba el silencio que habitaba mientras tanto y creyó hallar la solución: ¿por qué no hablamos de la gente que conocemos?: vecinos, amigos, hijos, nietos... alegando que eso es lo usual en los tiempos muertos para que el reloj camine más rápido si está distraído.
Él se mantenía en su postura y pretendía que el resto aceptara su indecente propuesta que acortaría momentos insufribles para él y que sólo soportaba matando silencios y resucitándolos con lo que hacen, piensan dicen sus conocidos y, si aportábamos nuestros conocimientos personales, su mundo se haría más grande y su biblioteca de chismes, bulos y teorías terraplanistas cobrarían más peso aumentando contenidos.
Ante tal propuesta, no quedaba más solución que la prudencia de ignorarlo y seguir en nuestra digna espera ahora más que nunca, tras el rechazo masivo a ese juego peligroso que puso sobre el mostrador.
Optó por el monólogo, su papel lo tenía memorizado para estos casos en los que se queda sin interlocutores que le den el pie para su continuación. Su crítica se centró en alguien muy concreto de su familia y la puso de un verde pastoso con tintes oscuros que obtuvo mezclando de esa paleta tan salpicada de la que no restaba ningún color puro.
A nadie le interesaba su actuación y permanecimos sin oídos ante tal espectáculo indeseado al que no quisimos asistir. Poco a poco, al verse sólo en su escenario y el patio de butacas vacío, decidió acortarlo con una frase final, a modo de do de pecho, que dejara en las memorias de los presentes su teoría conspiranoica del mal en el mundo y de sus culpables.
A la salida, el termómetro marcaba algunos grados más para todos menos para el charlatán cuyo cubo de agua fría que le cayó con nuestros silencios le provocó una inesperada e inusual actuación en solitario: la indiferencia ante chismes, críticas malsanas y mentiras arriesgadas es la mejor arma para el contraataque de esas balas que sólo pretenden la difusión de epidemias en el aire y el contagio progresivo de una sociedad aburrida y carente de escudos protectores para evitar su propagación.
Esa es la actitud ante los bulos.
ResponderEliminar(Nicasia)
Los charlatanes de feria han encontrado en las redes sociales su mejor altavoz.
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