"VERSOS DESPEJADOS: LUNA CRECIENTE"
A ti, luna, caprichosa,
ludópata de almas
a tu antojo.
Menguas, creces, llena
y desapareces
cegando amores,
tardíos, tediosos,
agotados y vacíos
según te parece.
Rompedora de hilos,
de colores fuertes
en almas engañadas de noches
contigo plenas; ahora espejismos
de lo que fueran que ya no eres.
A ti, luna, que te cantaban
trovadores de alta cuna,
lunáticos de las alturas,
exiliados ahora
a la tierra dura y menos pura.
A ti, luna, que con tus disfraces
y tu armadura,
naces, creces y mueres oculta
de intenciones antiguas
muertas hoy, moribundas ayer
con el nocturno de tu ausencia
y de las horas.
¡Cállate, luna, no mientas!,
perdiste tu esencia
en mis creencias inciertas.
¡Vete, luna vieja!
deja tu lugar a la nueva,
No llames a mi puerta,
luna vieja, no te quiero en mis sueños
ni en mis desvelos.
¡Quédate fuera, luna vieja!
que de camino viene otra nueva,
luna joven, sana y sin memoria.
Hoy cielos se despejan,
quieren verla,
que oxidadas llaves de la tierra
no descierran mi nueva puerta.
La dejaré que entre
y si de mi agrado fuera,
de par en par, descubierta.
Es luna nueva, creciente.
¡Ya murió la vieja!
Descanse en paz con su conciencia.
Bienvenida la luna nueva, pero me parece que conserva la memoria de la luna que se fué.
ResponderEliminarlas lunas tienen sus días contados y, hoy, sólo narrados.
ResponderEliminar