"DE TU PRÓLOGO A MI EPÍLOGO": PEPE PETTENGHI (IN MEMORIAM)
El ocho de noviembre, a las siete de la tarde, un sillón quedó vacío guardando tu ausencia y un micrófono, tu silencio. Esperábamos ilusionados ese día varios meses atrás, desde aquella mañana en que aceptaste prologar mi "ROSAE", esas letras mías que embebiste como nuestros cafés en el Royalty, disfrutando de cada palabra, despacio, con la tranquilidad del alma serena que se toma la vida a sorbos para no perder sabores por el camino. Buscabas un prólogo para mi libro que fuera sincero y veraz: Tu condición de científico y docente siempre te acompañaban. Hablamos de mis peripecias en la vida, de los caminos que seguí y de los que abandoné. Tú escuchabas, yo decía; un diálogo basado en el entendimiento y el respeto de saber interpretar más allá de lo que yo verbalizaba. Tú mismo te calificaste de PROLOGUISTA OYENTE porque más allá de tus ciencias, te recordaré como el gran humanista que fuiste: escritor empírico cuya experiencia sabía trasladarnos a los demás sin imposición categórica, sino desde la demostración de la verdad que se ve, se oye y se respira. Luchaste y defendiste la libertad frente a los que pretendían robarla. Y tu integridad fue tu compañera de viaje en esa búsqueda de los derechos sociales tan primordiales en tus batallas.
Algo más nos unía y nos acercaba, pero un acuerdo tácito lo suprimió. Ambos manteníamos una guerra contra un enemigo mayor que nos perseguía para arrebatarnos la eternidad de esos cafés, ese tiempo que sabíamos breve pero nunca tanto.
Cincuenta años antes, aprendí el significado de la fotosíntesis, la tabla periódica y la formulación; conseguiste que me interesara por algo tan fuera de lugar de mis letras cercanas. Y he ahí tu arte: enseñar fondos y formas con razones naturales o químicas surgidas de la evolución y el estudio.
Cierro este epílogo con tus palabras porque no conozco otras más bellas para este momento que las que dejaste en mi Rosae y que vivirán siempre en mi recuerdo:
"Que la vida es un breve parpadeo que nos permite observar por un instante las maravillas del Universo. Y que hay que aprovechar esa gracia, esa concesión, que nos proporciona nuestra experiencia terrenal"
Prólogo "ROSAE". (PEPE PETTENGHI).
!Hasta siempre, Profe! Muchas gracias, de corazón.
Estará orgulloso de ti!
ResponderEliminarFue un gran profesor y eso siempre deja huella!!!
EliminarSe nos fue, como vivió, sin hacer ruido, sin cerrar la puerta, sin dejar de ilusionar, abrazar, pensar... Se nos fue un humanista moderno, renacentista actual y esperanza del futuro... ¡Descansa, maestro!
ResponderEliminarSe nos fue un tesoro porque eso lo es un gran amigo.
EliminarLo echaremos de menos
ResponderEliminar❤️
SIEMPRE!!!
ResponderEliminarGenial estimada amiga, nadie puede expresar mejor una perdida como esta.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Ricardo.
EliminarTuve el honor de conocerlo en persona y valió la pena. Por tu gran amistad con él y por mísmo siento mucho su pérdida. Hasta siempre
EliminarMuchas gracias, Emilio.
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