"¿BONBON?"
No se asusten del título por estar mal escrito, está en francés. El origen de esa palabra proviene del resultado de la expresión del primero que lo degustó: bon, bon (bueno, bueno) y así se quedó para franceses y para nosotros adaptándola a nuestras normas ortográficas (m, antes de p; y con tilde por ser aguda: "BOMBÓN"). Muchas palabras conocidas tienen su origen a partir situaciones o hechos concretos: "MERMELADA ("Marie malade", una tal María enferma, a la que llevaban dulces preparados con frutas para su recuperación). Aquí, en nuestro país, también son infinitas las formadas por circunstancias digamos, especiales, espontáneas y divertidas en muchos casos: había un padre que solía pasear con sus hijas (que no destacaban por ser demasiados espabiladas...), él se llamaba Gil y a, sus niñas, las reconocían como sus polluelas y, de ahí, surgió el apelativo de "GILIPOLLAS". En francés, esta expresión está construida, también, con otro genital, el f