"BARRERAS ARQUITECTÓNICAS EN MI VIDA"
Nací en un cuarto piso y al año descendí a la planta baja (léase relato: "el patio de mi casa era muy particular" 24/9/21). Muchos tramos de escaleras por delante desde esa altura tan escasa. Mis piernas tenían unas cualidades especiales para alzarme con el triunfo constante de someterlas a mi gusto en mi uso y disfrute. Era mi montaña, mi ignorada puesta en forma que me preparaba para salir siempre airosa con una buena carrera, de situaciones algo complicadas..., no había quién pillara a la Speedy González del barrio. Me gustaba volar por aquel entonces, desaparecer y llegar a dónde era invisible y desconocida (era mi imaginación la que se lo creía). Sí, me escapé del colegio siempre que pude y saltaba muy pronto la alarma chivata que me conducía al castigo incomprensible de no dejarme correr a mi voluntad. Mi tía Adela fue la primera de la familia en tener un aparato mágico que hacía el increíble trabajo mediante un simple botón de elevarte hacia la cima. Durante muchos