" MI FAMILIA QUE SIGUE AQUÍ"
Hace un par de días, me reencontré con una parte de mi familia del ayer y descubrí que es atemporal. Fue lo que se llamaba familia política por no serlo de sangre pero sí de vínculos. Que te separen unos papeles no obliga a romper con ese pasado unido durante muchas décadas que dieron frutos sanos de árboles cuyas hojas son perennes y se mantienen en pie con raíces inquebrantables. Vivir con los que quisiste, quieres y te siguen queriendo es propio de almas sanas, sin prejuicios ni malos recuerdos. Eran los mismos de siempre, los que ya estaban desde mis quince años cuando los conocí y los que han nacido de entre nosotros con mucho amor y que dan lugar a un grupo formado con la añoranza de los que se fueron para siempre y la alegría de los que vinieron para quedarse. Hemos tenido hijos, nietos y cambios de roles que, lejos de apartarnos, nos unen porque todo esos nuevos integrantes han venido con el amor bajo el brazo: suman y nunca restan. Nunca me gustó la sentencia...