"ORDINARIO VERSUS EXTRAORDINARIO"
Durante las últimas décadas de siglo pasado (al menos desde los 60 que son las que conocí), los chistes más prohibidos (los verdes) eran los permitidos y más populares aun pareciendo contradictorio. Hablaban (los hombres) de "sus parientas", de sus líos, propios, ajenos o envidiados, teñidos en ese color que implicaba groserías, machismo del más rancio, de sexo en todos sus derivados sin rubor, sin pudor y sin mujeres delante porque ellas no opinaban ni reían sobre temas impropios de su condición femenina. Eran, estos, ¿personas? anteriores a la evolución del homo sapiens, sin desarrollar esas facultades de raciocinio que ni siquiera estaban preinstaladas en sus cerebros. Esta característica los hacía inmunes ante el mundo que se respiraba, con una fuerte apnea para el resto, porque sus mentes no subirían del nivel en que estaban y no aspiraban a más. Eran pues, los ORDINARIOS. Por otro lado, el verdadero humor, el que nos hace reír desde la libre interpretación, con doble fo