"VERSOS AGÓNICOS: DEL OTOÑO A LA PRIMAVERA"
Si la vida, tan caprichosa, tuvo el antojo de jugar al azar con corazones aburridos y a su suerte, tan alterada como confusa, e hizo de un noviembre gris moverlo en el nacer de una fantasía de primavera, si fue capaz de ese milagro, renaciendo hojas caídas, arrastradas por los vientos y volando sin rumbo ni destinos; si la vida te recoge de suelos pisados y te sienta en tronos de oro, desiertos sin reyes ni coronas, si la vida te regala ese tesoro, ya eres, ya sois, los elegidos. Regalo para muy pocos, para casi ningunos. No le digas a ella, a esa vida, que no duró esa eternidad que debía. No rechaces, no os escondáis de lo que vuestro es, por derecho, ganado en el sorteo, sin boletos en tus bolsillos, sin número en el acierto, por ser ganador y electo por gusto de ese árbol triste, de vestirse de gala cercano al invierno. Florecieron rosas, claveles y amapolas, el jardín era su lecho, ardiente y fresco, donde las flores crecían aun con los silencios. Se acercaba el verano, aquel que