Un soneto quiero construir, sin contar una a una sus letras, no me gustan esas reglas,  prefiero pensarlas sin cuentas. Por el quinto verso voy y aún, me quedan varios por delante. dejaré que pasen unos instantes quizás, el tiempo las salve. Llego al terceto, en el noveno, solo cuento líneas, saltándome  todas sus sílabas. Cercano al doce, se acerca el más odiado, lo saltaré y daré el raro soneto, por acabado.

 Golondrinas se asoman y vuelan,  vuelan cerca y se asoman, no quieren que las veas,  y vuelan. Me ven en la ventana, siempre cerrada cuando se asoman, no quiero abrirla, porque se asoman,  y si me acerco, vuelan. Los cristales protestan, no quieren ser estorbos entre las penas, gritan muy alto, chillan y chillan, sonidos temblando los va rompiendo, añicos sus restos, no impiden ahora que píen y píen sus requiebros rotos, que ya no se asoman, que ya no vuelan, ahí se quedan mirando  que las miran. Hoy ya no es la mañana, quizás vuelvan otro día. Ella se queda dudando de si volverán los asomos, los vuelos y un nuevo cristal.

  Aprendí que un segmento es una línea recta acotada en sus extremos; su medida, a priori, es desconocida; nadie puede asegurarlo ni predecirlo, si acaso, intuirlo a través de pruebas científicas: unas que avisan y otras que lo confirmen. La vida es eso, un segmento, una supuesta línea recta con muchas norias que la define e individualiza y cuyas acotaciones son el nacimiento y la muerte. Sus curvas, momentos de cambio y, sus picos, etapas que marcan situaciones alteradas que no controlas y que te conducen sin preguntarte. Cuando sientes que el recorrido se va acortando, que el lápiz que la dibuja disminuye de tamaño y los trazos son más irregulares, te encuentras con un inesperado sacapuntas que te lo afila y te permite marcar, lo que estaba en negrita, con más colores alegres ese camino. Esos lapiceros mágicos trasplantan su grafito original por corazones llenos de amor incondicional y desinteresado, si acaso, con el único interés de hacerte feliz. Mis padres crearon cuatro vidas...

Hace unos días, tuve el gran placer de verme reflejada en una película ("Les grands esprits", francesa, 2017, dirigida por Olivier Ayache-Vidal, traducida al español como "El buen profesor") en donde el protagonista habría podido ser mi homólogo en tiempos pasados. Un profesor de lengua llega a un nuevo centro en el que el alumnado está totalmente desconectado en el arte de aprender porque nunca se lo habían enseñado. Adolescentes olvidados y clasificados como problemáticos por sus actitudes desganadas sin más interés que ver pasar esas lentas horas hasta el fin de la jornada. Ellos no ven, no tienen hambre por saber, no tocan libros porque nadie se ha molestado en abrírselos para que los entiendan. Jóvenes en estado puro, sin adoctrinar, donde irán descubriendo, poco a poco, con razones y lecciones a través de las vidas que guardan los libros, sus secretos, sus errores, aciertos, amores, desamores, injusticias.  Confiesan no conocer a Victor Hugo ni su obra por exc...

  Cuando te llega el momento de decir adiós a una vida anterior porque ya está agotada y necesitas cambiar de aires antiguos para oxigenarte y desprenderte de pesadas mochilas con media vida a cuesta, habitas en el limbo hasta tomar la ruta olvidada del deseo inicial, de todo lo que no llegó a nacer o que a penas sobrevivió a ese parto complicado. Son muchos los momentos, etapas, vidas dentro de ti  con las que has de enfrentarte antes de cambiar a otra nueva, a esa que espera a que la llames por su nombre o no lo hará nunca. Si dejas atrás tu vida laboral, también se quedan olvidados los calendario, los relojes que te marcaban días de 36 horas y que tú echabas 37 y media, las alarmas tediosas avisándote de comienzos o seguimientos de que el ayer no se terminó y has de continuar duplicando jornadas que siempre serán continuas sin ver el fondo del fin. Si consigues adivinar qué hacer después del todo a la nada, habrás triunfado; saldrás de esa sala de espera, de ese limbo incol...

  Grises perseguidores de arcoiris castigados; anulando sangres de mujer, aceptando sólo,  su rojo de cada mes; ancianos matados, despreciados por obtusa, formando hipotenusa, opuestos al ángulo recto, que completan sus dos catetos.  Un pueblo exaltado la aclama, vox en grito,  creyéndose amparados por leyes mojadas en vino. Mentes húmedas, corazones secos, resecos y ajados  sin más color que el ausente, el negro, de la prisión. Ojos encerrados en tiempos grises, odian las gamas y los matices Oros bañados de soles encarados quieren cegar la verdad, que el rey astro no es de ninguna propiedad, hasta en días nublados, nos proyecta libertad. Volvieron los abanicos, despojando esas camisas nuevas de azules peligrosos,  y descubriendo el color bordado en el ayer. Liberando las gaviotas y volando, ya libres,  alzando sus alas desde Génova hacia otras plazas liberadas de tanto odio y necedad. Reclamando que las paletas vuelvan de nuevo a su oficio conteniendo...

  Soy muy madrugadora, quizás, demasiado, mis horarios no coinciden con el resto de españoles, sólo con los australianos. Duermo las noches tempranos y amanezco aún en ellas. Anoche, el sueño me atrapó antes de conocerse el cómputo total de los votos; los últimos resultados que pude  escuchar se debatían entre los buenos y los malos, pero, Morfeo tuvo el detalle para conmigo llevándome  en un equilibrio esperanzador donde la libertad tenía posibilidades de sobrevivir. He abierto los ojos y ellos se han ido de inmediato a buscar resultados totales; lo mejor, no han sido totalitarios. Vamos bien, me dijeron. No hay vicepresidente voxiferante; tampoco, presidente imPPresentable. Gran parte del país aún conserva la cordura, vamos mejor. El pueblo dormido se despertó ayer con horarios alterados por pesadillas que aún siguen en nuestro subconsciente. Se olvidaron siestas, se retrasaron pisadas arenosas y  horas de tumbonas y toallas bajo nuestros cuerpos. La sombrilla era ...

Durante los años 1936 hasta el 39, se vivieron tres veranos dónde el calor o las lluvias y fríos de los inviernos no eran los temas a comentar en los trayectos de los ascensores con tu vecino ni en los mercados o tiendas. Las temperaturas de odios, sangres y miedos eran las únicas que marcaban los mercurios y siempre eran extremas. Las olas climáticas las dirigían personas de cuerpo a cuerpo hasta que no se derrumbaba e iban a por otro. Hoy, 23 de julio de 2023, la queja es el verano, el estar de vacaciones, el perder unos minutos de playa y de baños... ¡qué tragedia!. Si, por el contrario, fuera diciembre, el drama sería perder ese tiempo e interrumpir las compras navideñas... Separemos lo importante de lo que no lo es. Seamos, por fin, un país adulto, porque se es a partir de los 18 años y somos muchos los que tenemos la responsabilidad de ejercer el derecho tan justo de elegir lo que nuestra conciencia y nuestra realidad han de contribuir a estas tierras para que permanezcan siendo ...

  Aún entreabiertos,  mis pupilas se dilatan cuando me roza, claros se asoman en techos de cristal escondidos tras sus perfiles fijos que hacen sombra. Me estremezco, los descubro, me cubrirán de memorias en el viaje que espera llevar consigo, a galope, sin pisar la tierra. Mi boca, sin rictus, queda quedará, cuando venga. Mis letras volarán en nubes espesas, fuertes; bagajes pesados, con huellas. Mis oídos guardan caracolas de nocturnas mareas, mojadas de fina arena, sin nadie más que los vea. Lo que oyeron, se irán con ellos, como joyas sin precio, tesoros con tanto aprecio incalculables en mercados de altares celestes, cerca del cielo. Aromas bendecidos, perennes perfumes  que parten con amores nunca disueltos. Aureolas indiscretas  delatan a inconfesos, brillantes sobrevivirán  aun con sólo medio. Tactos que palpan que ya está muy cerca, Manos asidas, cosidas con sentimientos; duele romper costuras invisibles en el lecho. ¡Arrancadlas! quedarán dos trozos, c...

  Poco más de 48 horas; abrirán los espacios habilitados custodiando urnas vacías anhelantes de ser portadoras de buenas noticias para un país deseoso de no perder lo ganado en cuatro décadas a base de luchas sin sangre porque esta se vertió hasta decir basta hace ocho.  España, el país de todos los españoles, porten o no esa bandera de la que se han apropiado una secta peligrosa, como lo son todas esas agrupaciones, tiene derecho a vivir mejor en todas las estructuras que la componen: social; económica; política; aconfesional, sin intromisiones de carácter público en la religiosidad individual, ni aportando ni restando lo que sólo pertenece al interior de la persona.  Aceptando al que nos pide ayuda desde la situación precaria o bélica que le obliga a huir de ese horror. Porque la historia, reciente, nos cuenta que fueron muchos de los nuestros los que igualmente hicieron el camino inverso ochenta años atrás. Y eso salvó vidas de una muerte o cárcel injustas. La mujer es...

Cuatro décadas, cuatro, almas asesinadas, encarceladas palabras benditas, maldecidas por los que ignoran dialogar. Cuatro décadas, cuatro, cuerpos maltratados, mutiladas manos escribientes, rotas por los que ignoran escuchar. Cuatro décadas, cuatro, cárceles injustas, atrapadas  lenguas libres, cortadas  por los que talan  libertad. Cuatro décadas, cuatro, calles abiertas, liberadas bocas cerradas, curadas por los que aman clamar. Cuatro, cinco, seis quizás los giros cara al sol, pretenden negar que la tierra es redonda y perdieron su lugar los que piensan que es plana como inquisidor medieval. Fantasmas del pasado, cuatreros del mal. tirad las armas, romped filas, avisad a vuestra heredad, que la vida ya no es muerte, que la vida es libre y nadie la puede encadenar.

En los años sesenta, cuando nací, el bautismo, en la fe católica, era un imperativo legal literalmente, tanto que, el documento que lo corroboraba era imprescindible a lo largo de toda esa vida. Te echaban una fría agua a los pocos días de llegar a este mundo, llorabas por lo desagradable que resultaba para ese recién nacido y ya estabas matriculado en esa carrera hacia ese cielo, si aprobabas, o a los infiernos, con olas de calor continuas, si no superabas el aprendizaje del camino cercano a  la santidad. Conocí pronto esa pretensiosa ruta hacia las alturas desde mi colegio a la par que enseñaban el catecismo, la constitución apócrifa, que controlaba lo bueno y lo malo, y que había que memorizar cada día, junto a esas cuentas de un rosario cantado cada tarde. Sí, era bastante patético ese adoctrinamiento mental y muy lejos del corazón. Afortunadamente, el dios al que rezaban se fue al cumplir yo los quince y, poco a poco, las criaturas celestiales cayeron muy cerca de esos hornos ...

  La historia nace, poniendo fin a la Prehistoria, con la aparición del primer texto escrito. Se piensa que sólo lo que se fija en algún documento es la verdad o, al menos, lo suficientemente veraz como creerlo y, a partir de ese hilo, crear bases fidedignas para contemplar los hechos que acaecieron. De alguna raíz hay que crecer para conocer nuestros pasado y nuestras creencias. Por otra parte, fueron muchos los siglos donde el analfabetismo era una realidad en la base piramidal de nuestra sociedad que se ha prolongado por periodos en los que, las guerras civiles y externas, destrozaban cualquier intento por instruir a la población. Otros aspectos, como la supervivencia en esas interminables ausencias de paz y las hambrunas que provocaban, dejaban al margen el acercamiento a la cultura de las clases más desfavorecidas. Nos quedan muchos textos históricos donde las visiones personales y particulares, quizás más subjetivas que lo contrario, se consideran como la única verdad existen...

Vivir es la mañana, la que comienza, la que nace y el sol con ella aunque duren penas. No esperar tardes inquietas, no soñar noches de espera. Cambiar mundos de la tierra, regar muchas macetas. Nacer rosas abiertas y sentir que crezcan. Convivir es estar cerca de otros ojos que lo aprecian juntos y de mil maneras. A los rosales alegran,  se desviven, raíces inquietas por ser más altas, por ser más bellas, por cubrir si llegan penas. Sinvivir es estar lejos, ojos ciegos que se cierran, lejos de las tristezas, que ocupan almas ajenas. Las rosas se apagan, van creciendo muertas, el agua seca las riega, la muerte vendrá a por ellas. Llora, rosa, llora. tus lágrimas serán hermosas, empaparán desiertos, sellando grietas, cicatrices desnudas ahora, vestidas de enero, lucirán de etiqueta, brillarán como estrellas y tus ojos verán tus riquezas.

  A pocos días de encontrarnos con las urnas, ya conocemos, sin necesidad de encuestas que nos informen, al P.artido P.erdedor. El pueblo no se ha pronunciado, ignoramos sus decisiones, pero sabemos quiénes no podrán alzarse con el triunfo moral. La ausencia de ética que los envuelve en esa nube negra y espesa de las mentiras compulsivas les inhabilitan ante la victoria. La historia se ha encargado de contarnos cómo han sido los gobernantes cuya política carece de verdades frente a ese mundo que pertenece a humanos en busca de sus derechos para tener vidas dignas y crecer con igualdad de oportunidades desde que nacen y en cada una de sus etapas vitales. ¿Cómo se le puede enseñar a un niño si no se le educa a pensar en libertad? ¿Por qué ha de basarse en unos principios religiosos que no puede comprender porque pocos lo consiguen, pero que han de seguirlo por imperativo legal?.  A la infancia no se le puede mostrar un sólo camino sino un mapa de colores que marque todas las pos...

 En  menos de dos semanas, el jurado popular  dictará sentencia. Es imprescindible que no sean los "doce hombres sin piedad"  quienes se pronuncien sin que, previamente, tal y como ocurre en esta brillante obra teatral, del estadounidense Reginald Rose, pasen por un proceso en el que las reflexiones individuales les va convenciendo de que estaban en un gran error con respecto a lo que pensaban inicialmente. Uno a uno cambia su voto según transcurren esos minutos en donde la libertad era denegada por la ausencia de razones basadas en la verdad que tenían delante de ellos pero que, o bien por obstinación, ceguera, falta de compromiso y de dedicación a buscar y a ahondar en la verdad, les conducía a cometer un gravísimo error en el que la libertad sería la verdadera condenada. Esos minutos dramáticos son los que nos marca el reloj hasta el próximo domingo 23 a las 9 horas de la mañana. Será un juicio abierto, libre en sus comienzos y hay mucho que reflexionar para que, ...

La historia nos  cuenta comportamientos humanos desde la perspectiva del conocimiento que vivieron en sus presentes o a través de lo escuchado o leído. En mi caso, lo haré a partir de experiencias cercanas y empíricas. Si me dieran a elegir la palabra más hermosa de nuestro vocabulario, respondería de inmediato: Tú; la tengo desde hace mucho como la más completa: el TÚ abarca el Yo, el NOSOTROS y el CONTIGO. El egoísmo ha existido siempre; el mundo ha crecido con él y con sus YO por encima de cadáveres sin identidad pronominal a no ser que se les denomine como los NADIES. La ambición por tierras y dinero ha aniquilado vidas. Las guerras por querer poseer lo ajeno conviven con la naturalidad de creerse con ese derecho. Pero, no las veamos sólo desde la lejanía del que no le afectan por ser causas políticas que sólo competen a los mandatarios que las provocan. La falta de generosidad la tenemos al lado, enfrente, delante, detrás o sobre nosotros mismos. Nos quejamos de que el mundo e...

  De tanto denominarla  "la reina de las mañanas" se ha autoconvencido de ser la emperatriz matinal. Ayer, martes, todos sus títulos nobiliarios quedaron en las alcantarillas, tan perdidos como lo que llega a esos subterráneos malolientes. Es una periodista de las de ordeno y mando sobre sus lacayos que acatan sus afirmaciones sin osar rebatir una coma en su discurso. Nada de lo que dice es cuestionable en esa mesa donde se cocina y se sirven menús de  platos ultraprocesados que acaban por desnutrir las noticias que pasan por sus bocas. Grandes bocados a la verdad que dan como resultado digestiones sesgadas cuando terminan esos desayunos nada equilibrados. Todo se convierte en desechos y ni rastro de nutrientes. Empezó comentando  los colores de sus respectivos cabellos; Sánchez estaba mayor; ella era una superviviente incombustible de la vida. Ya marcó territorio. Su imperio es una fortaleza rodeada de fosos con sus cocodrilos correspondientes siempre en guardia y a...

Lope de Rueda trajo a España las nuevas formas, basadas en el estilo italiano de hacer teatro, en el siglo XVI. Fijó las bases clásicas: tiempos, espacios y acciones como unidades a cumplir en este género literario buscando la coherencia y la claridad para el público y sus autores. Reglas cuyo fin era no crear historias disparatadas donde la ficción se representara a costa de argumentos imposibles en donde todo tenía cabida con tal de distraer a los asistentes que  lo admitían por la escasez de cultura y de raciocinio que habitaba entre ellos. Introdujo, además, lo que bautizó como PASOS, piezas breves cuya misión era  introducir (hoy serían los conocidos como teloneros) la obra principal y que, años más tarde, Cervantes los elevó magistralmente denominándolos ENTREMESES. En siglo XVI, el Renacimiento hizo un intento de  adentrarse en  nuestra cultura a través de las ciencias y humanidades que ya prosperaban en Europa; métodos  hasta entonces prohibidos y conden...

  A TI, POETA, TE INVOCO, VENTE A MI TIERRA,  CUNA DE LIBERTADES DONDE HABITAN LAS ROSAS; LAS MÁS LIBRES,  LAS MÁS GENEROSAS. HAZ CON ELLAS RAMOS, HAZ CON ELLAS POEMAS, QUE LA POESÍA SUEÑA, LO QUE NO QUITA LAS PENAS.

En un rincón cuyo decorado aparentaba belleza para sus foráneas visitas, expectantes por su aparente realismo, vivieron hace mucho, mucho tiempo dos niños perdidos en un bosque donde la naturaleza era su lecho y el cielo siempre al aire sin barreras para ascender en sus vuelos. Nacieron en suelos, sin raíces, árboles podados en espera de sus talas. En ese paisaje silvestre se encontraron un día y muchas noches soñando las mejores tardes que estaban por llegar. Sus ropas estaban raídas de tantos abandonos. Sus hambres denotaban carencias innatas; nunca nadie les ofreció sustento. Su piel intacta de roces ignorados delataba ausencias de abrazos embriagadores de consuelos necesarios. Nadie los reclamó jamás, nadie los buscó en ese bosque perdido en el que eran ignorados por el mundo al uso y cotidiano. El tiempo pasaba, lento o rápido, a ellos no les afectaban las horas del reloj de la plaza principal.  Sus costumbres eran no tenerlas; el día a día lo marcaban esos pasos hacia delante...

  ¿Tener o no tener la razón? es una creencia tan vaga y amplia que no es útil si no la sustentamos con una base para mantenerla. Las razones han de partir de unos principios universales por los que regirse y, a partir de ellos, defenderlos. Siempre he pensado que lo básico y como punto de partida en cualquier ser humano es separar el bien del mal desde el conocimiento de lo que significa cada uno de ellos. Estos no sólo los marca la justicia terrenal o sobrenatural como las religiones u otras tendencias abstractas que no tienen sustancia suficiente para abarcar algo mucho más concreto y personal.  Si bien existen unas normas generales para la convivencia y que son de marcado cumplimiento, están, por encima de ellas, las que nuestra conciencia nos determina y esas son ineludibles porque somos nosotros nuestros propios jueces y los que debemos valorarnos entre esa dicotomía del bien y del mal. ¿Cómo diferenciarlos?, cualquier persona que no padezca un trastorno mental que disto...

 Tan inmenso el amor que deseaban una prolongación a la que abrazar y repartir su  excedente.  Ese fue el primer paso y, muy pronto, les llegó la feliz noticia de que alguien vendría a sus vidas en  unos meses. Era  el comienzo de Dada  en el útero de mamá, ella (Nana siempre supo que sería niña...) s e manifestaba, era microscópica, pero macros los efectos en su mamá que, durante los tres primeros meses, soportó, estoicamente, esas nauseas matinales, vespertinas y nocturnas que, a duras penas, le permitía comer ni dormir.   Pasaban las semanas, y Dada dejó más tranquila a mamá para que se alimentara y durmiera mejor; encontraría otros sitios dónde entretenerse en su espíritu aventurero y y los exploró. Mientras, la barriguita de su mamá no mostraba ningún signo externo de ocupación.  Hasta   los cinco meses no delató su espacio invasivo abultando el enorme vientre de mamá   Sus papás se sentían felices de cómo esa curva crecía cada...