"SER ABUELA, PARIR UNA VEZ Y SER MADRE DOS VECES"
No está siempre a mi lado, pero sí dentro de mí. Nos separan kilómetros, pero nos une la complicidad. Hago lo que no hice nunca porque no tuve ni tiempo ni creí (gran error) que fuera necesario: jugar con ella y ella conmigo. Ser madre a tiempo completo sólo es posible desde el corazón, pero muy difícil presencialmente. En cambio, ser abuela es el complemento de una madre, es serlo dos veces o más allá incluso. La ternura te brota desde la serenidad, aquella que estaba ahí pero demasiado escondida por ansiedades, impaciencias y las búsquedas de la perfección en todo, absolutamente en todo. Demasiadas cargas de responsabilidades sobre mí que yo asumía porque era yo, sólo yo, la que se las imponía. Nadie me presionaba para ser perfecta ni pretendiera esa excelencia que yo me exigía. Cuando entras en ese mundo, no ves más allá que lo que te ciega, todo se transforma en obligaciones frías motivadas por esa obsesión de que nada quede pendiente, sin hacer, sin terminar, para el día siguiente