"¿LA FIESTA TERMINÓ...?"
Un nuevo personaje ha aparecido en escena gritando como un poseso: "la fiesta terminó" o algo parecido..., pudo haber sido una buena noticia, pero no lo fue. Pensé, por unos segundos, que se refería a aquella fiesta en la que la tauromaquia se consideraba cultura y que ¿nos representaba a todos los españoles?. No, nada de eso, en ambos casos se les permite actuar en plazas con gente que voxifera gritando hazañas donde se pide el final del sentido común. A los protagonistas, los diferencia algo fundamental: uno ataca, el otro se defiende. Los del "after hour" (odio los anglicismos) quieren seguir bailando al son del diestro del más allá. El otro, el pobre toro, quiere una vida sin odios, sin que vitoreen sus daños por un supuesto maestro que sólo enseña el salir airoso por una puerta de mayor tamaño y su traje de luces apagado con el dolor de un inocente (que no eligió ni la fiesta ni esa danza para lucimientos en un foso de gladiadores) y a la espera de la bajada...